TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
Primeros tiempos de confinamiento
…”en tiempos de incertidumbre y desesperanza,
es imprescindible gestar proyectos colectivos desde
donde planificar la esperanza junto a otros”
Pichon-Rivière
Las colegas del Centro Hans de AECPNA, nos reunimos con cierta regularidad. Tenemos un proyecto de trabajo común que nos tiene ocupadas todo el año, la atención clínica, talleres, videos divulgativos, el congreso de FEAP… y temas diversos a los que el psicoanálisis actual tiene que dar respuesta. Pero el 14 de marzo el gobierno de España declara el estado de emergencia: se suspende toda actividad pública que requiera de contacto directo con otro…nuestra consulta, nuestras reuniones, nuestra formación, nuestros espacios para pensar tal y como lo estábamos haciendo.
La psicología Social nos enseña que una situación de emergencia social supone “la modificación súbita y significativa de las condiciones materiales y sociales de existencia de una comunidad…(y) coloca a los integrantes de la comunidad ante una circunstancia de cambio agudo…una ruptura de lo cotidiano ” (P de Quiroga A. 2005).
Nuestra actividad como Centro Hans se ve alterada, las consultas… la vida. No obstante decidimos reunirnos, ahora online, eso sí, después del aplauso de las 20.00h. Con intención de tratar lo programado, lo que aflora es la angustia, la confusión por la situación actual en la que estamos inmersos: “¿qué vamos a hacer con la consulta durante este período de crisis?” La práctica online tan extendida en otros ámbitos profesionales, y comenzando a desarrollarse en el ámbito de la psicoterapia clínica se pone en un primer plano. “¿Cómo plantear el cambio a los pacientes?” “¿Cómo reformular el encuadre, en frecuencia, contexto?” “¿Qué hacer con el tratamiento de los niños?”
La angustia, la preocupación propia se hace presente. La inseguridad, la incertidumbre, la amenaza a la salud, a la familia, a lo económico nos afecta. Por momentos nos paraliza, nos deprime “¿Qué podemos hacer?” Ante la paralización aparece la actuación, y en nuestras reuniones hablamos de diferentes voluntariados para ayudar. ¡Claramente en nosotras el sentido de la ayuda… es tan nuestro!
Hablamos de todas las profesiones que, en este momento, se solicitan para ayudar, celadores, médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, limpieza, lavandería, técnicos informáticos… a todos se les reclama a través de una convocatoria laboral con reconocimiento profesional a través de contrato. Observamos que los psicólogos/as solemos caer del lado del voluntariado. Queremos ayudar pero somos profesionales que vivimos de nuestro trabajo. ¡Claro, que la prestación del servicio de Atención Psicológica debe ser gratuita! pero ¿por qué los psicólogos no podemos tener también un reconocimiento profesional remunerado? ¿Acaso está reñida la profesionalización de una tarea con el servicio de ayuda? Pensar en estas cuestiones nos ayuda a recolocarnos, a discriminarnos ante el caos y confusión que desata bloqueos y paralizaciones o los acting de ayuda irreflexiva ¿respuesta hipomaniaca? Somos psicoanalistas, por suerte ejercemos una profesión que nos permite vivir y acompañar a las personas en las situaciones de dolor, angustia y sufrimiento.
Pero además, nosotras también estamos afectadas, el coronavirus lo tenemos muy cerca, con personas queridas afectadas, con personas queridas vulnerables, otras que se exponen a diario, la amenaza a la vida, la vivencia de soledad,… a veces la impotencia y frustración también nos invade. También esto aparece en nuestra reunión. Esta es una gran paradoja, atravesados por la pandemia, podemos ayudar sí encontramos ese lugar discriminado en el caos, que nos saca de la confusión y nos permite pensar con principio de realidad.
Nuestras reuniones están siendo espacio de contención, de escucha, reflexión en este tiempo de difícil trato, que nos permite pensar el quehacer en nuestro trabajo con principio de realidad y cuidado hacia los demás y hacia nosotras mismas.
Recordamos y hablamos de nuestros pequeños pacientes, nos acordamos de ellos: ¿Cómo entenderán lo que está ocurriendo, más allá de las explicaciones formales? Los niños necesitan experimentar con las cosas para poderlas entender. Recuerdo el texto de Winnicott “Niños Sometidos a Tensión: La Experiencia Bélica” (1945) en el que cuando habla de los niños que fueron separados repentinamente de sus hogares y trasladados a hogares de acogida para protegerles de los bombardeos, dice: “…el niño se adaptó de inmediato, y que nunca pareció preocuparse por su hogar, no había resuelto necesariamente bien las cosas”, “Un niño tiene sólo una capacidad limitada para mantener viva la idea de alguien amado. Cuando no tiene oportunidad de ver y hablar a esa persona, en ello radica la verdadera dificultad”. Y pensamos: ¿Cómo pueden entender los niños la pandemia que no pueden ver y además ni siquiera les afecta con gravedad?… no se ponen malitos. Con los niños el contacto telemático se nos hace difícil, pero vamos pensando en ello y preparando un posible encuentro online. De momento algunas hemos mantenido una entrevista con los padres para hablar de lo sucedido, y hemos mandado algún cuento o pequeño video a nuestro paciente que mas allá de que trate de la crisis sanitaria actual, pueda tener algún matiz de la singularidad de nuestro paciente, queremos atenderles y pensamos como preservar el espacio propio del niño y su singularidad en esta situación de invasión y falta de discriminación. También llamamos a los padres para mantener el contacto y ofrecernos ante alguna situación de dificultad, y la negación aparece con frecuencia “de momento bien”. Con las medidas de confinamiento tomadas por el gobierno, se nos hace incomprensible que los niños no puedan salir a la calle de manera controlada en tiempo y forma, verdaderamente los menores siguen siendo los últimos mirados.
Con estas pequeñas reuniones, tratamos de compartir una experiencia profesional que nos sostiene como psicoanalista en medio de esta crisis. Compartiendo esta experiencia queremos invitar a los colegas de nuestra asociación que nos escriban para compartir sus experiencias, incertidumbres, temores… escribir permite elaborar la angustia y encontrar un lugar propio dentro del caos.
Bibliografía:
– Quiroga, Ana P Cap: “Una experiencia Interdisciplicaria de trabajo en Comunidad Ante una situación de Emergencia Social” (guerra de Malvinas) del texto “Enfoques y Perspectivas en Psicología Social”. Ediciones Cinco, Buenos Aires.2005
– Winnicott D.W. Cap: “El niño evacuado” del texto “Los Niños Sometidos a Tensión: La Experiencia Bélica” (1945). Obras Escogidas, TomoIII. RBA Ediciones. Biblioteca de Psicoanálisis. 2007
Carmen de la Torre
Psicológa Clínica- Psicoterapeuta del Centro Hans de AECPNA.