Saltar al contenido
PRESENTACIÓN* SESIÓN CLÍNICA “¡ESTE GUIÓN ESTÁ VIVO!”

PRESENTACIÓN* SESIÓN CLÍNICA “¡ESTE GUIÓN ESTÁ VIVO!”

  • por
Adolescencia y psicoanálisis

* Presentación de la sesión clínica “¡Este guión está vivo!” a cargo de Lilian Ospina dentro del ciclo “Problemáticas Actuales en la Adolescencia”

El ciclo de este año “Las problemáticas actuales en la adolescencia” me hace pensar en dos cuestiones que de alguna manera están en juego en el caso que hoy Lilian nos presenta.

Por un lado, me hace pensar que muchas de las problemáticas que presentan los adolescentes son problemáticas postergadas en la infancia. Aunque no siempre es así, es frecuente que los problemas en la adolescencia se hayan anunciado y silenciado en la primera infancia. Lo que no se soluciona ni aborda entonces regresa intempestivamente en la adolescencia.

Como veremos en el caso de hoy, el sufrimiento en la adolescente no era nuevo. La sintomatología que presentaba siendo niña se convertía en lenguaje y hablaba de un sufrimiento desbordante que pedía ser atendido, escuchado. Los síntomas que la paciente había padecido en su infancia y en el devenir de su historia, me recordaron las palabras de Dolto [1] .

“Es el niño quien, mediante sus síntomas, encarna y hace presentes las consecuencias de un conflicto viviente, familiar o conyugal…” “El niño o el adolescente se convierten en portavoces de los padres.” En este sentido, dan voz a un papel asignado en una historia-guión que, en un primer momento da sostén, pero no le es propio y si se mantiene en el tiempo sin incluir su deseos e inquietudes, taponará su vida.

La autora también afirma que “Lo importante no son los hechos reales vividos por el niño, sino el conjunto de percepciones del niño y del valor simbólico originado en el sentido que asumen estas percepciones para el narcisismo del sujeto. La imposición del silencio ante las preguntas y las palabras del niño o la falta de dialogo respecto de estas percepciones, no integran en realidad esta percepción… las relegan al mundo de la mentira”.

Y para esta autora la manera de ayudar a los niños o adolescentes inmersos en esa encrucijada para que superen su infancia y se conviertan en personas responsables pasa por que se pueda dar una verdadera expresión de sí mismos ante quien pueda oírlo. Y en este caso Lilian pudo escuchar a la paciente, haciendo un llamado a su verdad propia, para que como hija siguiera su camino. Para que como hija pudiera salir de las identificaciones alienantes que la sumían en la repetición de un guión impostado.

Entiendo que, en el ciclo de este año dedicado a la adolescencia, además de ser importante tener en cuenta la infancia de los adolescentes, lo es reflexionar sobre la función del hijo. Una función ligada a las funciones parentales. En AECPNA sabemos que, con la llegada del hijo, entre otras cosas, tiene lugar el proceso de filiación, la inserción del hijo en la trama fantasmática familiar, y también sabemos que el crecimiento de los hijos confronta a los padres con su propio envejecimiento y muerte.

Pero el hijo no sólo reactiva estas cuestiones. En juego también está el reconocimiento verdadero de las diferencias y la aceptación de un devenir incierto y por eso mismo potencialmente creativo. Como dice Massimo Recalcati [2] “el padre reconoce el deseo del hijo como un enigma indescifrable… ¿Acaso no es precisamente de ahí de donde surge ese amor como una apertura absoluta al misterio de la otredad del hijo?”

El autor dice “Observo cómo la vida de mis hijos crece, adquiere autonomía y se vuelve cada vez más misteriosa ante mis ojos. Creo que este misterio es la marca de una diferencia que debe ser preservada y admirada incluso cuando puede parecer desconcertante.”

En este sentido, quizás se podría decir que a ser hijo se llega, psicoanalíticamente hablando, cuando es reconocido como sujeto con su propia subjetividad y se respeta su devenir incierto. La función del hijo viene marcada por la alteridad y va unido inexorablemente al misterio de la vida, o dicho de otra manera y como veremos hoy, al misterio de un guión por descubrir de la mano de otro preparado para ello. En este caso Lilian.

Nuria Sánchez-Grande
Psicóloga psicoterapeuta
Miembro de la comisión directiva de AECPNA

BIBLIOGRAFIA

[1] Mannoni, M. (1981). La primera entrevista con el psicoanalista. Gedisa.

[2] Recalcati, M. (2020). El secreto del hijo. De Edipo al hijo recobrado. Anagrama.


Entradas Similares del Autor:

¿Hablamos?
Call Now Button