Interrogar la clínica en tiempos de TIK TOK supone, como dice el título, una lectura y una escucha que sitúa en primer plano las nuevas tecnologías y las redes sociales en el discurso actual. Lo planteamos desde un saber sumamente incompleto, sin ninguna conclusión a priori, más bien proponernos pensar juntos las implicaciones que esto conlleva.
Un interesante libro al respecto del psicoanalista Gustavo Dessal propone en su título el “Inconsciente 3.0…” (un punto de vista ya sugestivo), pero en su subtitulo señala: “Lo que hacemos con las tecnologías y lo que las tecnologías hacen con nosotros”, es decir, la relación es bidireccional y de eso debemos estar advertidos.
Es verdad que ya en 1930 Freud en “El malestar en la cultura” plantea la tensión entre los “beneficios técnicos y científicos”, y el dolor añadido que traen consigo. No es ingenuo al proponer solo la cara satisfactoria de ellos, sino también destaca toda sus limitaciones. Pero es claro que los avances tecnológicos de los últimos veinte años progresan a un ritmo vertiginoso.
Para poner un ejemplo -que va a la par del lugar de las redes sociales-, si en la década 1990 y 2000 se popularizo el uso del móvil a nivel mundial -para llegar a ser un artículo casi de primera necesidad en la década siguiente-, es a partir de la revolución instalada por el iPhone en 2007 donde se genera el cambio radical de los últimos años. Son solo quince años los que marcan está nueva generación de smartphone y redes sociales. Demás está señalar que el teléfono hoy por hoy lo podemos considerar como una extensión corporal, lo cuidamos y apreciamos con el mismo valor libidinal que nuestro cuerpo (o quizás más), y sufrimos su pérdida o deterioro como un desgarramiento carnal como ningún otro objeto técnico. Esta todo allí, datos biométricos, cuentas bancarias, información privada, fotos, etc.…
Pero la pregunta que nos interesa a los psicoanalistas es cómo afecta esto a la dimensión del sujeto y de qué manera se incluye en nuestra clínica. Allí vemos atravesar el debate en su doble dimensión: sintomática y transferencial.
Más allá de si el síntoma actual o la expresión sintomática cambia, vale la pena pensar en las nuevas modalidades del síntoma en la era virtual y digital. Cuerpo, imagen y presencia se conjugan de modos novedosos, de manera difícil de captar por momentos.
La división propuesta por Lacan entre transferencia imaginaria y transferencia simbólica se complejiza, al momento en que la virtualidad en sesión entra en escena de manera decidida, y a su vez la estética contemporánea y su ética añadida, empujan hacia la inmediatez en un ritmo desenfrenado, como bien lo representa TIK TOK: microvideos incesantes que nos representan.
Pero todo lo anterior se trataría de localizarlo en sus coordenadas de presentación y sus puntos de resistencia, pues no se trata de un esfuerzo nostálgico por el padre derrumbado, en ese tiempo pasado pretérito perfecto donde las cosas si funcionaban analógicamente. Si no más bien, poder localizar los puntos problemáticos en la época de la parentalidad Google, que suple las deficiencias de los padres y las madres -siempre existentes, por cierto-, con un algoritmo casi perfecto.
¿Esta supuesta perfección que efectos conlleva? ¿Qué implicancias tiene en nuestras niñas, niños y adolescentes las coordenadas propuestas? ¿Cómo abordar el lugar de la parentalidad en estos tiempos?
Estas preguntas junto a otras serán parte del trabajo de nuestro Máster en Psicoterapia Psicoanalítica en niños, adolescentes y padres, que impartimos desde AECPNA con la Universidad Europea Miguel de Cervantes(UEMC).
Rodrigo Bilbao
Psicoanalista.
Director del Máster AECPNA – UEMC
Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP) Madrid y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.
Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Magíster en Psicoanálisis y teoría de la cultura por la misma Universidad,
Psicólogo clínico por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Profesor en la Universidad Europea Miguel de Cervantes, profesor invitado en la Universidad de Los Lagos y la Universidad Austral, Chile.