Hoy nos proponemos apuntar, y digo apuntar, unos esbozos de lo que podríamos pensar acerca de si los cambios familiares realmente cambian la estructura o no, si son cambios en la estructura de base o nuevas estructuras psíquicas. No es lo mismo cambiar la estructura que los modos en que imaginariamente, se manifiestan las de siempre; la manifestación de lo que es ser mujer en los años 50 en España no es igual que la de ahora, sin embargo podemos pensar que tanto en una como en otra época, lo que se pone en juego es la identidad de la mujer.
Freud pone en entredicho la familia privada, acorde con la ley paterna en la que los hijos eran propiedad de los padres a los que tenían que aceptar de buen grado como una ley unívoca fuera la que fuera, y nos advierte de la perversión que estos padres pueden ejercer sobre los hijos, viéndolos como objetos fetiches a los que en teoría adoran, pero a los quieren como objetos de goce, narcisistas, masoquistas o sádicos. Denuncia la perversión presente en muchas familias con padre y madre, o sea heterosexuales. Denuncia así mismo, en su tiempo los intríngulis familiares y sobretodo se gana el rechazo de sus colegas incluido Breure, al decir que los niños son perversos polimorfos.
De lo que nos advierte Freud es que en cualquier familia, puede haber perversión en la medida en que no se potencie el advenimiento de un sujeto.
Pero ¿A que llamamos sujeto? llamamos sujeto al del Inconsciente, nos alejamos de la subjetividad tomada como la relación entre dos yo conscientes y el vínculo creado entre ellos; y esto nos adentra en la idea de que para ser sujeto tendremos que someternos a una ley que es la que traza la posibilidad de aceptar las leyes sociales, hemos de someternos a la ley del Incesto, hemos de aceptar que solos no podemos y que hemos de entrar en la cultura, “tenemos que desnaturalizarnos”.
Podemos decir que lo que va a permitir la posibilidad de que alguien entre en la cultura y se haga sujeto, es estar sujetado a una ley que le obliga a reprimir su goce con la madre y aceptar la separación de esta. Esta separación siempre va a ser de alguna manera fallida y el intento de recuperar aquella unión fantaseada, siempre será la marca del deseo en cada uno de nosotros.
Esta premisa es fundamental para la conclusión que os propongo, porque nos aleja de la psicología y de la ciencia, nos adentra en los vericuetos del psicoanálisis. Tanto la psicología como la ciencia, parten de una verdad que ha de servir para todos, mientras el psicoanálisis habla de que la verdad del uno por uno es la causa del sujeto, es la verdad personal la que construye la subjetividad. A veces cuando vemos a alguien muy suyo, muy diferente muy él decimos “es un sujeto” o sea, tiene una identidad muy definida.
¿Qué es la identidad y como se adquiere?
¿Y por qué doy tanto rodeo?
Porque el constructo teórico desde el que nos movemos va a comandar la cura y la idea de sujeto nos dará la posición para colocarnos en la interpretación que hacemos del ser humano y sus avatares, y me interesa saber si las parejas homo y las mono parentales pueden permitir a un niño ser él y tener una identidad propia.
Para ello hablemos de cómo se adquiere la identidad, tema fundamental para entender si la identidad es una copia de los modelos reales parentales, la heredamos genéticamente o nos la otorgan los modelos culturales.
Si pensamos que la identificación, la aparición de una psique humana y la identidad propia la otorga la cultura, contando con lo que tenía hasta ahora marcado, si le damos a las normas culturales estatuto de naturaleza, entramos en un tema complicado y de ahí la idea de que un niño sin padre, o de padres homosexuales van a estar en un déficit de humanidad o de identidad; y se piensa que con las nuevas aperturas socio familiares nos vamos a llenar de “homosexualitos o de niños raros de una sola madre”, o peor aún, “niños de un padre que se atreve con la crianza no asumiendo sus carencias, niños, futuros monstruitos, que van a destruir la naturaleza humana”. Testigo de lo que digo son las declaraciones de los ilustres modistos italianos (Dolce & Gabbana: http://www.abc.es/estilo/gente/20150313/abci-dolce-gabanna-adopcion-201503121934.html) “los niños nacidos de la inseminación son niños sintéticos”.
Hay dos fantasías fundamentales a la hora de conseguir la identidad que son:
- La filiación
- La sexuación
Pero estas dos fantasías nuclearles se van a ir gestando dependiendo de las identificaciones que el niño haya podido hacer en su advenir como sujeto. La identificación va a construir los núcleos necesarios para que se dé la identidad.
No pretendo dar un seminario sobre identificación, que ya nos lo nos dictó Víctor Korman en la Asociación hace unos años sobre la identificación en Freud, Melanie Klein y Lacan: voy a repasar brevemente cómo yo entiendo las identificaciones que hacen posible que surja el sujeto del Inconsciente, y que se pueda el cachorro humano meter en el discurso social.
- Primera identificación: consiste en identificarse al Otro capaz de satisfacer la necesidad, pero tenemos que pensar que la necesidad rápidamente se convertirá en una demanda amorosa que la recubre, o sea, la primera necesidad de alimentarse se transformará en una demanda oral a la madre, de manera que ya no importa tanto el alimento como el ser alimentado por la madre con la que se va creando un vínculo narcisista, imprescindible en los primeros momentos de la vida, tan importante que el niño puede dejarse morir si no encuentra a alguien que responda a esa demanda aunque la necesidad esté cubierta. La demanda oral es la de ser alimentado y se dirige a ese Otro, luego vendrá la anal que se caracteriza por que el sujeto solo satisface una necesidad por la demanda del Otro, en esta demanda es donde el Otro adquiere una prevalencia total. El niño controlará los esfínteres para satisfacer las demandas parentales.
Este primer paso, puede encontrar dificultad en cualquiera que no tenga clara su posición materna, sea homo u hetero, sea, mono parental o no.
“La primera forma de la identificación nos define, por lo tanto, el primer vínculo con el objeto. Es para ser esquemáticos, la identificación con la madre o quien hace su función. Lo importante es que el niño tenga un Otro que se convierta en sí mismo, que se sienta uno con él y que no le prive de su demanda amorosa.
Años más tardesiguiendo las ideas freudianas, Lacan asoció estrechamente esta identificación al Padre simbólico. Nos dirá que para que la madre haga su función ya tiene que haber en el Inconsciente materno una marca, una idea de que no puede quedarse con el hijo como súbdito, sino que ha de dejar entrar al que le ayude a separase de él. Tiene que dejar que el lugar del Otro, lo ocupe el padre, es decir el que haga su función.
Para Lacan el Otro no es un sujeto, sino un lugar al que el proyecto de hombre se esfuerza en transferirle el saber acerca de sí. Ese lugar es el que ocuparemos los analistas cuando el paciente nos de la potestad de un saber que supone que tenemos sobre su padecer y sobre su ser. Es el lugar de la palabra que convierte el goce en deseo, que nos aleja del goce natural y perverso que mata el deseo.
En un primer momento el saber lo tiene la madre y es fundamental que dicho saber pase al que le separe de ella, y que se identifique con ese lugar que le dice: mira este es el mundo, no solo mamá.
Al hablar de lugar estamos diciendo que la identificación simbólica, la primaria, es fundamental para entrar en el discurso social, para poder entrar en el carril de ser sujeto.
El estancamiento y/o las dificultades en el establecimiento de esta primera marca subjetiva van a dar lugar a las psicosis y a lo que llamó Freud neurosis narcisista.
- Segunda identificación: a riesgo de parecer poco rigurosa, para lo que nos interesa, y para no liarnos mucho, estas segundas identificaciones son las que se van a dar en la conflictiva edípica. Es el pasaje del ser al tener, la posibilidad de hacernos hombres deseantes. Este pasaje lo vemos en Juanito, la madre ensimismada con él, llega un día y frente a: “mira que pito tan estupendo”, horrorizada le dice: guarro. Son los movimientos de las identificaciones que nos dará un trazo unario, un recorrido, un uno de significado desde el que entendemos las relaciones, los conflictos y significamos quienes somos. Acedemos a ser uno diferente, distinto, nos construimos un fantasma fundamental.
Este rasgo junto con el fantasma constituye la columna vertebral del sujeto, no solo el niño/niña que consigue ese trazo tiene la sensación de ser una personita, sino que ha adquirido también la capacidad de distinguirse de los otros haciendo valer su singularidad: El trazo unario es un jalón simbólico que sostiene la identificación imaginaria. Podemos identificarnos a un rasgo, que es inconsciente, y así podremos decir: vamos a ver: porqué me pone a mí este hombre bajito, y feo si los que me gustan son altos y guapos. Freud dice lo que le pone puede ser un brillo en la nariz que le recuerda a la madre.
Un paciente me decía ¿qué hay en esta mujer que me encandila, si no es guapa y además es chillona y poco paciente? atreves de su análisis podíamos ver como esta mujer le miraba como su padre, seguramente este rasgo de la mirada va a marcar un significante de lo que el niño piensa que es él para lo que piensa que significa que el padre le mire así. De ahí la frase de Lacan: un sujeto es un significante para otro significante.
Podríamos pensar que sobre este significante, él va a ir montando otros y se va a ir forjando una cadena, una cadena que habla de la verdad del deseo de este sujeto. Una verdad que le constituye.
La realidad no existe, como nos marca Merleau Ponty, sino que depende del lugar desde donde se la interprete, la realidad lo que permite es que el niño abra preguntas y se responda como filosofo sobre ella. La verdad a la que nos queremos responder es ¿Qué me quiere?
Estas identificaciones nos marcarán con qué sexo estamos identificados, qué posición tendremos si masculina o femenina, más allá del género al que pertenezcamos macho o hembra.
- Tercera identificación, histérica: al deseo del Otro, en tanto deseo insatisfecho. En esta identificación histérica tomaremos las palabras de Jaime Szpilka para poder entender la cuádruple identificación histérica. Nos dice que, un histérico o una histérica, se identifica con el hombre que le gustaría ser, con la mujer que le gustaría ser, con el hombre que le gustaría a la mujer que le gustaría ser, con la mujer que le gustaría al hombre que le gustaría ser. Con todo este juego de identificaciones, podemos entender cómo una persona puede estar identificada con cualquiera de estas posibilidades.
La pregunta es: Si lo que nos hace sujetos es la posibilidad de tener una identificación simbólica que nos dé una unidad que podamos sentirnos uno, y diferente, ¿cuáles son las circunstancias que hacen posible este logro humano?
La identidad se va a basar en las identificaciones y en dos fantasmas nucleares que son la filiación y la sexualidad.
- La identidad es cómo un sujeto se reconoce en un conjunto de atributos, la identidad se alcanza con los núcleos que dejan las identificaciones
- La identificación va a tener que ve con cómo queda el niño capturado por el discurso del adulto. La identificación es la respuesta a qué me gustaría ser.
- El objeto de amor es la respuesta a qué me gustaría tener
La familia se basa en la necesidad de mantener:
- La prohibición del incesto
- Las diferencias generacionales, diferencia que evite la endogamia y que abra la posibilidad de que las generaciones se distingan unas de otras y se acoplen con los de su generación no con los progenitores; para que la cultura avance, se abra y no se estanque.
La buena familia será la que tenga hijos para ser sujetos y proteja al hijo de ser objeto de goce del adulto. En el niño lo que va a prevalecer es no tanto cómo nacieron sino cual es el deseo de los padres con respecto a él. Y llamamos padres no a los biológicos sino a los que hacen la función.
La pregunta del niño va a ser qué le falta al Otro, qué me quiere. Estas son las preguntas del niño, cuyas respuestas van a venir dadas siempre por la presencia del inconsciente de los padres que tampoco saben qué es lo que quieren del niño ni que le falta El descubrimiento de las diferencias, hace posible la sexuación en el niño. Con el tema que nos ocupa. Nos tendremos que preguntar si una pareja homo puede marcar la diferencia, si la diferencia viene dada por el género o por otras cualidades.
Un adolescente que se enteró de la homosexualidad de su padre, frente a la pregunta de si le preocupaba que su padre quisiera a otro hombre, la respuesta es inmediata: le preocupaba que si era homosexual tal vez no quiso tener un hijo con su madre. O sea tenerle a él. La pregunta de este muchachote era ¿Qué me quiere? Tal vez en su pregunta estaba ya la que nos haremos aquí ¿Puede un homosexual tener deseo de hijo?, Charles Melman, discípulo de Lacan, dijo en un programa de televisión que “los hijos de las parejas homosexuales serían juguetes de peluche que vienen a satisfacer el narcisismo de sus padres”.
Podríamos pensar que Dolce & Gabbana se han analizado con un psicoanalista de este tipo…
Otra frase ilustre de un psicoanalista. No me parece que haya un deseo puro de parte de los hombres de ser padres, sino que es un deseo que surge de una mezcla de identificaciones y de cómo el deseo de ser madre de una mujer los toca de una determinada manera.
Tendremos que preguntarnos si hay un deseo puro, sin ser la virgen Maria.
Estas frases están en el imaginario social, y en la idea ancestral de que los homosexuales son degenerados, perversos y los meten todos en el mismo saco, como si los heterosexuales fueran todos neuróticos, estupendos, y sumamente éticos, si nos damos un paseíto por el panorama de los hombres de la política podremos decir si la perversión de la palabra, de la justicia y la ley, es atributo
Nos interesa mucho diferenciar la identidad sexual de la elección de objeto, no podemos pensar que detrás de una elección homosexual hay un trastorno de identidad como, nos habla Silvia Bleichmar en el artículo presentado en el libro llamado Homoparentalidades (Rotenberg y Agrest Wainer, 2010) si pensamos así es seguir con la idea de que lo heterogéneo es lo masculino y lo femenino la envidia de pene y que el niño es la compensación por la falta del mismo. Hoy vemos hombres con deseos de hijos y mujeres que tienen el deseo puro de no tenerlos que han puesto en otros logros el narcisismo que otros ponen en los hijos.
La pregunta será ¿que se está buscando cuando se busca un hijo? ¿Qué fantasía de parentalidad se tiene? como muy bien se ha venido diciendo en los sábados anteriores, lo importante es el análisis de las fantasías que se tiene sobre ese hijo, será un hijo para ser reconocido como otro, no como un objeto. El hijo como nos dice Eva Rotenberg, en una pareja va a tener que ser introducido como tercero tanto si la pareja es hetero como homosexual, el hijo tendrá la función de romper la omnipotencia de la pareja. Tengo una paciente embarazada que está angustiadísima porque todo el mundo dice que la pareja se resiente y que la felicidad se acaba con la llegada del hijo ¿por qué será?
Podremos llegar a la homosexualidad por muchos caminos: por fijación a la madre, por identificación con el progenitor del otro sexo, por elegir un objeto de amor narcisista, por negar las diferencias, por celos y hostilidad con los hermanos o el padre, para salir de la rivalidad edípica. Puede ser también una homosexualidad perversa usada como denegación de la castración.
¿Una pareja biológicamente femenina pero ubicada en distinta posición frente al falo puede introducir en su hijo el Nombre del padre? y lo mismo en la masculina.
Para que el deseo de hijo sea posible en parejas homosexuales en algún momento han debido desarrollar una fijación muy intensa al padre. Acordémonos de la Joven homosexual de Freud. Lo que la convierte en homo es el deseo de mostrarle al padre como se debe querer a una mujer.
Si algunas jóvenes pueden sostener el deseo de hijo con una pareja femenina es porque ya estaba instituida la presencia paterna. Padre que permanece Inconsciente como progenitor de ese niño, y deseo que puede perdurar con independencia de la elección de objeto.
Se puede pensar que una pareja homosexual en sus fantasmas inconscientes puede atribuir al partenaire el sexo opuesto.
Como veíamos con la cuádruple identificación histérica colocada en la identificación con el hombre, puede atribuirle a la pareja el atributo femenino.
Es cierto que muy pocas mujeres heteros u homosexuales analizan su deseo antes de ser madres y por otro lado cuando ese niño entra en la estructura del lenguaje establecerá su propia lectura del Otro. Sus silencios, sus verdades, sus contradicciones, le permitirán esclarecer, como a todo hijo, los misterios de sus nacimientos y el lugar reservado para él en el Inconsciente materno.
Como estamos viendo la diferencia entre que un deseo de hijo sea puro, como decía el psicoanalista, en realidad, es que quiere tener un sujeto y que trate al hijo como tal, que espere a hacer un hombre o una mujer de su hijo para perpetuarse en la especie y no será un deseo puro en la medida en que pueda ser un peluche como decía Charle Melmen. Lo que estamos planteando es que este deseo se puede dar en los padres heterosexuales y en los homosexuales, en las familias mono parentales y en los hijos nacidos por inseminación. Cada una de estas modalidades va a encontrar dificultades, características propias pero lo importante es poder ver qué se juega en un sujeto cuando quiere tener un hijo.
Nuestra escucha será la misma, con el mismo precepto de posición ética y no moral a la hora de oír la verdad del deseo Inconsciente de nuestros pacientes. Habremos de oír las angustias, temores y deseos de hombres y mujeres, hombres que está en posición femenina y mujeres que están en posición masculina, hombres que hacen función materna y mujeres que hacen función paterna, y hemos de oír mujeres solas que quieren tener un hijo por diferentes motivos.
La ciencia hoy en día pone a la disposición del hombre la posibilidad de acceder a tener lo que antes era imposible.
La función del psicoanalista no es la de ir en contra de la ciencia para preservar lo subjetivo, sino que tendremos que ver como cada uno interpreta lo real y lo hace suyo. Y como cada uno hace suya la metáfora paterna. . La metáfora paterna es la asunción de un significante que introduce al hombre en la cultura. Y lo que es interesante ver cómo se significa ese hijo de madre gestante, pero dada a una pareja homo sexual, o como lo hace esa mujer que ha tenido un hijo con el ovulo de la pareja lesbiana, o como me contaron el otro día: una pareja lesbiana que se insemina una con el semen del hermano de la otra, y que la hermana tiene la depresión postparto de la pareja. La persona que me lo relataba me decía que tendríamos que ver lo incestuoso en este hecho, es fuerte, pero esto son nuestras asociaciones, hasta que no haya una escucha de la verdad del deseo de esas personas estaremos poniendo ideología y no la ética analítica
Por supuesto que se pueden dar, como dice Alkolombre en su texto Parentalidad, filiación y técnicas reproductivas (publicado en: Aperturas Psicoanalíticas N49, 2015) una intensificación de demandas narcisistas, pero ¿no es verdad que sin reproducción asistida también se puede querer un hijo por razones narcisistas?, oímos a chicas decir que quieren un hijo porque sus amigas todas lo tienen ya, y a los chicos lo mismo.
Lo interesante es que haya psicoanalistas que puedan como Marta Villareal, y Marjorie Gutiérrez nos dijeron aquí en la sesión clínica escuchar las preguntas de las mujeres que hacen síntomas, son las que se hacen líos con lo que le van a transmitir a sus hijos preguntas como: ¿va ser un hijo raro? ¿Cómo le digo que no tiene papá? ese lugar me vacío me aterra. Pero esta falta de significante, no es un problema del hijo, sino de cómo la madre significa su soltería, o su ser mujer o la imposibilidad de ser madre, o la dificultad de ser padre, o la negación de poder parir un hijo siendo hombre o de concebir siendo mujer.
¿Son nuevas las estructuras familiares?
Tendremos que tomar posiciones frente al futuro y pensar que sus días se alzan ante nosotros como hileras de velas encendidas, luces nuevas que marcan caminos y no como fúnebres hileras de velas consumidas, mirando siempre a lo acabado, tal como nos cuenta Constantino Caváis en su poema Velas.
ΨΨΨΨΨΨΨΨ
* Charla dictada en el Ciclo de Sábados 2015: “Escuchando el sufrimientos de padres e hijos hoy”, organizado por la Asociación Escuela de Clínica Psicoanalítica con niños y adolescentes de Madrid.
**Sobre la autora:
Curra Carrasco es psicóloga clínica. Psicoanalista. Docente y miembro de la juta directiva de la Asociación Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Madrid. Coordinadora y Profesora del Master de Psicoterapia Psicoanalítica de la Universidad Complutense de Madrid. Miembro Didacta de la Asociación Madrileña de Psicoterapia Psicoanalítica.
Revista nº 10-11
Artículo 3
Fecha de publicación: DICIEMBRE 2017