Por: Lea Forster**
En Clave Ψª: Sonia, quisiéramos conocer tu recorrido profesional y cómo te has adentrado en el enfoque terapéutico vincular.
En el año 1985 aproximadamente, luego de diez años de recibida de psicóloga y compenetrada con la perspectiva psicoanalítica, me contacté con las ideas de Isidoro Berenstein sobre familia y pareja. Mi trabajo con niños , tanto desde la docencia como luego en la clínica, me hacía pensar en lo importante de entender la trama significativa, en la cual la vida de esos pacientes se desarrollaba. Cada vez más, en los llamados tratamientos individuales incluía, a pesar de que no era la modalidad de esa época, entrevistas con los padres, la familia, y me asombraba lo importante que resultaba la posibilidad de pensar entre todos, lo que estaba sucediendo y las modificaciones que se producían.
O sea pensar en las condiciones de producción de los síntomas de los niños, no solo desde la psicopatología descripta, sino también , desde la pertenencia a la vincularidad familiar. El acercamiento a las ideas del Dr. Berenstein y la Dra. Puget, me hicieron incursionar en un camino de creación y ampliación de lógicas de pensamiento. Por otra parte hace aproximadamente veinte años coordino un equipo de asistencia de familias con niños y adolescentes a nivel hospitalario y esta tarea interpelo radicalmente las teorías más consensuadas. Las ideas sobre lo vincular, desde ese momento hasta la actualidad fueron reformulándose, dado que se genero un ámbito muy prolífico de discusión e intercambio no solo entre psicoanalistas, sino con colegas de otras disciplinas que también se ocupan de pensar los discursos de época, otros contextos epistemológicos, las transformaciones sociales, de género etc. En diferentes ámbitos, el hospital, departamentos de familia y pareja de la AAPPG, de APdeBA se fue perfilando una lectura que actualmente llamaría de Lo vincular.
En Clave Ψª: ¿A qué se refiere el trabajo vincular?
Lo vincular no es una premisa, es un efecto, justamente de un trabajo que pivotea entre las representaciones y lo que se presenta en la experiencia que se construye, entre los que participan de una relación. El trabajo vincular requiere de maniobras entre el encuentro- desencuentro que es singular de cada situación.
La idea de encuentro que estoy utilizando es radicalmente diferente a lo usual que es pensarlo como re conocimiento del otro. En el trabajo vincular se deviene otro con otro- El estar entre otros cuestiona, perturba, afecta, altera y esto es motor de un hacer. El vínculo no es, sino que se hace. La vincularidad motoriza a no seguir siendo el mismo, a producir aquello que suplementa, aquello que excede y que proviene de la construcción conjunta. Quedarse fijo en una forma de ser, obstaculiza y hasta impide el trabajo vincular.
Las personas que se vinculan se perturban, perturbación que no pensada como algo negativo sino como la alteración que requiere el hacer lugar a la diferencia entre lo fantaseado y eso otro, inédito que está sucediendo, sin antecedentes, para los que forman parte de esa situación. Esto no significa eludir la historia, sino que no todo lo que está sucediendo es determinado por la misma. El trabajo vincular requiere alojar y desalojar-se, hacer lugar pero también salirse de los lugares demasiado fijos.
En Clave Ψª : Partiendo de: “Pensar desde los vínculos es pensar desde el entre dos o entre muchos…” diríamos que es pensar que los sujetos son producidos por el vínculo desde el entre que nos has referido, tomando a Deleuze que comienza por el medio. Háblanos de ese entre. ¿Cómo se da en la relación entre los padres y los hijos?
En un trabajo que llame conmoción en los vínculos, expuse que pensar desde lo vincular era algo así como una migración, en este caso del pensamiento, migración en la cual hay un desprendimiento de un centro, ya sea una teoría o una conceptualización, por ej.: el sujeto, la identidad y un viraje hacia el territorio del pensar lo que sucede, desde el medio.
Pensar desde el medio. Esto es pensar desde las relaciones y no en las relaciones. Pensar en lo se produce y no centrarnos en cada sujeto con su identidad preanunciada, ya sea que lo nomine hombre, mujer, niño, padre. En lo vincular nos afectamos y es indecidible por donde empieza la afectación.
En una situación clínica pensar desde lo vincular, es pensar como está ocurriendo, lo que ocurre. Permite intervenir sin tratar de identificar quien hace esto o aquello, o por qué lo hace, o quien tiene o no razón, sino cuales son las operaciones que la pertenencia a esa vincularidad va generando.
Desde, implica pensar en el entre, en los bordes en aquello que delimita, une y separa en simultáneo, como cualquier frontera, como la medianera entre las casas.
Lo que llamamos Entre como idea de lo vincular, no tiene la solidez de una definición conceptual acabada, es producción, no se refiere a lo que liga, o enlaza. No es lo que une o desune. No es el vínculo, es lo vincular produciendo.
Con respecto a la compleja relación padres-hijos pienso diría que en las situaciones clínicas intento hacer un diferimiento de aquello designado por la estructura de las relaciones de parentesco, un cierto alejamiento de las denominaciones y funciones descriptas, para poder pensar en ese vínculo parento-filial, ese que se da en la experiencia, en el que estoy implicada y pensar que hace familia, en esa familia. No tanto como es esta familia o como tendría que ser, sino que los hace familia. O sea que hacen entre ellos, que los valida o no, como vinculo- parento filial. También intento pensar que dispositivo de subjetivación se está poniendo en juego y no referirme inercialmente a como se supone que tienen que actuar como padres e hijos. Es una suspensión de categorías predeterminadas, para poder arribar a su manera de vincularse.
En Clave Ψª ¿Qué diferencia hay a nivel vincular entre vínculo y pulsión?
Es un punto teórico, que implica pensar en diferentes lógicas, la psicoanalítica que centra la pulsión en temas conexos como el objeto, el deseo, la falta, la ausencia, y la lógica vincular desde la cual se piensan operaciones que exceden lo que demanda la pulsión.
Lo vincular, requiere pensarse en perspectiva de indeterminación, inclusión de lo azaroso, lo pulsional en este sentido podría pensarse como la intensidad, la fuerza que se relaciona con la potencia de existir entre otros. A veces se da un cierto forzamiento conceptual cuando se traslada directamente un concepto de un marco referencial a otro. Pienso que lo pulsional requiere revisarse cuando lo pensamos en lo vincular, ya que implica encararlo desde otro vértice.
En Clave Ψª Los nuevos paradigmas del pensamiento nos hacen pensar en un sujeto múltiple. ¿Nos podrías hablar de esa multiplicidad y la diferencia con el pensamiento binario?
La lógica binaria nos configuro en un pensar desde la oposición, desde la dicotomía, cuerpo/mente, individuo/sociedad, conciente/inconciente, normal/ patológico, interior/exterior, central/periférico.
A su vez se crearon también pares oposicionales que incluyen niveles de relaciones de poder y jerarquías, Ej. docente-alumno, médico-paciente. El pensamiento binario tuvo enormes consecuencias como lógica de pensamiento y llevo a una manera de realizar las practicas en salud y otras, a la creación de las víctimas y victimarios impidiendo ver la complejidad de muchas situaciones. Las teorías postestructurales están introduciendo una lógica diferente, para algunos la complejidad, para otros la multiplicidad. Lo interesante es pensar desde lo muldimensional, la inclusión de lo discontinuo, de la diseminación, de la diferencia.
Deleuze incorpora la idea de un pensamiento rizomatico, para diferenciarlo de un pensamiento arborescente que opera por relaciones binarias. Lo arborescente como imagen requiere de un eje, de un centro. En cambio la imagen de lo rizomático es el pensar en las cosas entre las cosas, no buscar el eje o la raíz, sino que lo que cuenta es el medio.
Pensar desde la multiplicidad implica superar las dicotomías entre consciente e inconsciente, cultura/naturaleza, cuerpo y alma. Las multiplicidades no hacen unidad, son dimensiones siempre conexión con otras dimensiones, no remiten Lo Uno, o a un sujeto. La multiplicidad se mueve con la conjunción Y. Que permite ese devenir del que hablábamos en otra de las preguntas Ir siendo.
Para pensar lo vincular estas ideas están siendo muy importantes, porque nos amplían la posibilidad de una escucha, en una dimensionalidad diferente.
En Clave Ψª En las familias con niños y adolescentes: ¿Qué diferencia se observa entre ocupar el lugar del padre con habitar ese lugar? ¿Nos podrías hablar de la función paterna desde la perspectiva vincular?
Hablar en término de funciones remite a una perspectiva estructural de las relaciones de parentesco. Los dispositivos de crianza, también los de la educación institucionalizada, están basados en hipótesis estructurales que adscriben funciones, con posicionamientos fijos predeterminados. La perspectiva vincular solicita diría yo, pensar en términos de posicionamientos que se van construyendo, sin dar por sentado por ej. Que un nacimiento, implica por sí mismo la creación de una configuración vincular familiar.
Uso el termino arribar para pensar en un acto vincular, diferente al nacer. Ocupar un lugar en términos de parentesco remite a una matriz estructural en las cual está prescripto como cumplir una función. Durante mucho tiempo hubo intervenciones familiares o con los padres de los pacientes, en las cuales parecía que era importante enviar a cada cual su supuesto lugar. Actualmente trabajamos mas en el hacer familiar que está relacionado con habitar una vincularidad, y no ocupar un emplazamiento dando. Este hacer implica operaciones que no remiten exclusivamente a estipulaciones previas, y ya diseñadas, sino a aquello que se configura como situación, a hacerle lugar a la producción conjunta. El lugar también se construye, requiere de la creatividad y de los otros. Pudo haber una creencia que estando en un lugar y teniendo una denominación, se garantizaría su ejercicio de alguna manera permanentemente, en el habitar en cambio, se requiere hacer el lugar cada vez. El trabajo vincular es azaroso imprevisible, incierto, perturbador.
En Clave Ψª ¿Nos podrías hablar de los vínculos de paridad y cómo actúan en la familia desde esa otra legalidad horizontal, como por ejemplo el vínculo fraterno? ¿Cuál es su importancia?
El vínculo fraterno puede ser pensado desde distintas perspectivas tomando en cuenta la ubicación en el eje vínculos de consanguineidad y de alianza, o bien desde la ubicación en la estructura de las relaciones de parentesco o sea desde el eje parento filial. Otra posibilidad es pensar el “entre hermanos” o sea desde el vinculo que ellos construyen
La estructura de la familia nuclear burguesa, es un sistema compuesto por lugares asignados para cada miembro y se la describe concentrada alrededor del padre como ordenador, la madre a cargo de la crianza y de alguna manera en estado de subordinación en su calidad de mujer y la dependencia de los niños-hijos. Actualmente lo que se denomino Patriarcado siguiendo este modelo está siendo reformulado.
Frente a una inespecificidad de formas y trayectos vitales, que se presentan en la consulta y que en algunas ocasiones son radicalmente ajenos a las manera en las cuales fuimos subjetivados, tanto por las teorías con las que nos formamos como analistas, como por el discurso epocal, como por nuestros vínculos significativos, esas nuevas configuraciones devenidas otros dispositivos, nos interrogan en cuando a su comprensión y abordaje.
Pareciera que en épocas de solidez institucional, la realidad socio cultural se nos hacia predecible, detectable, inferible, en esa ilusión de regularidad en la nos movíamos casi cómodamente.
A nivel de las teorías, el modelo del Complejo de Edipo transportado a la comprensión de los vínculos familiares, ha implicado una especie de literalizacion de los ejes simbólicos, con los que Freud intentó comprender las patologías neuróticas de su época. Se fue produciendo un pasaje de los personajes del mito, luego complejo, a encarnarse en los sujetos, que hacen al diseño de la familia. Se familiarizo el Complejo de Edipo y se Edipizó a la familia.
Esto no solo sucedió por un uso o abuso particular de la teoría, sino porque entre otras variables, el discurso del dispositivo institucional de siglos pasados, se apoyaba en una estructura patriarcal de la sociedad. La familia de esta manera hacia de soporte al orden institucional y éste a las funciones parentales en la familia. El modernismo funciono con este encastre bastante bien aceitado.
Destituido en la actualidad ese andamiaje, es un requerimiento analizar ciertas formulaciones teóricas y abordajes clínicos con el objetivo de complejizar nuestra lectura de los vínculos que hacen a las relaciones de parentesco.
A partir de varios tratamientos de vínculo fraterno observamos que era interesante pensarlo no exclusivamente desde el lugar de hijos según el eje parento-filial, sino desde la hermandad propiamente dicha. Es decir no solo ver el aspecto de celos, rivalidad, etc. ya descriptos desde lo edipico y con relación a los padres, sino en su potencia de solidaridad, alianzas, afectividad.
Si bien “la condición de hijo condiciona la de hermano,” la condición de hermano desde la estructura, a su vez puede constituirse en un obstáculo para la configuración de la hermandad, si solo contiene la ubicación de hijo. La configuración de lo fraterno, aporta diferencia, complejidad y singularidad en la vincularidad familiar cuando no está solamente determinado por el eje parento-filial. Hemos observado en tratamientos de vínculos fraternos una posibilidad muy importante de trabajo conjunto de hermanos, cuando podíamos pensar otros aspectos de su relación sin limitarnos a la ubicación como relación de consanguineidad, es decir abrir a lo heterogéneo de cada vincularidad, no crear modelos apriori de lo que tendría que suceder porque hay hermanos en juego. Por otra parte seria interesante pensar si las legalidades pueden ser verticales u horizontales, si nos trae todo un capitulo para pensar, la figura de Antígona que decidió dar sepultura a su hermano pese a la prohibición legal que pesaba sobre este acto.
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*Sobre la Autora: Sonia Kleiman es Lic. en Psicología Universidad de Buenos Aires; Egresada de la Asociación Escuela de Psicoterapia para Graduados; Miembro Adherente de APdeBA (Asoc. Psicoanalítica de Buenos Aires); Especialista en Psicoanálisis de niños y adolescentes IPA (Asoc. Psicoanalítica Internacional)
Es Directora de la Carrera de Especialización: Psicología Vincular de familias con niños y adolescentes. Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires; Coordinadora del Equipo de Asistencia de Familia con niños y adolescentes. Servicio de Salud Mental Infantil y Adolescente – Departamento de Pediatría Hospital Italiano y Directora de los Cursos Virtuales de Posgrado sobre Familia y Pareja y otros, Campus Virtual del Hospital Italiano de Buenos Aires. 2006 a la fecha.
Miembro del Staff del Departamento de Familia y Pareja de APdeBA
Profesora Asociada Instituto Universitario del Hospital Italiano
Profesora Titular de la Materia Familia con niños y adolescentes Maestría en Familia y Pareja APdeBA
Coordinadora del Comité de Familia y Pareja de FEPAL (Federación Latinoamericana de Psicoanálisis) 2006-2010
Directora por América Latina, del programa PREFALC entre Francia Argentina, Colombia Título del proyecto de intercambio docente: Transformaciones de la parento filiación contemporáneas.
Panelista en Congresos Nacionales e internacionales.
Consultora Científica internacional del Primer y segundo Congreso de Psicoanálisis de Familia 2004-2014
Libro: Familias con niños y adolescentes. Consultas y dispositivos. Del Hospital ediciones, 2011. Buenos Aires
** Sobre la Entrevistadora: Lea Forster es miembro didacta de la AMPP, ex vicepresidenta de la misma y Coordinadora de la sección de Pareja y Familia. Dirección: Pastora Imperio 1, 5º D. 28036 Madrid.
Revista nº 8
Artículo 1
Fecha de publicación: JULIO 2015