Agustín Genovés*
Conferencia pronunciada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en el ciclo sobre mitos organizado por la Asociación Psicoanalítica de Madrid—junio de 2.004
“…El mito cuenta cómo gracias a las hazañas de los seres sobrenaturales una realidad ha venido a la existencia sea esta la realidad total, el cosmos o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución.”[1]
“Se ha convenido en llamar <mito> en sentido estricto, a una narración que se refiere a un orden del mundo anterior al actual, y destinado no a explicar una particularidad local y limitada, como es el contenido de la sencilla <leyenda etiológica> sino a una ley orgánica de la naturaleza de las cosas.”[2]
Entre ambas definiciones hay diferencias en cuanto a que, la primera que corresponde a Mircea Eliade, es más abarcativa, diferencia entre mitos cosmológicos y los mitos de origen.
La definición de Grimal circunscribe la designación de mito solamente a aquello que representa una cosmogonía. Distingue entre <mitos propiamente dichos>, <ciclos heroicos>, <leyendas etiológicas>, cuentos populares, etcétera.
En cualquier caso hay algo en común en todo este vasto material y es que se refiere a sucesos pertenecientes a un pasado remoto, a un tiempo impreciso y presentan distintos problemas en lo que se refiere a sus orígenes, a su significación y función: “El mito es una realidad cultural extremadamente compleja, que puede abordarse e interpretarse en perspectivas múltiples y complementarias.”[3]
1º) La mitología comparada ha mostrado la existencia de similitudes y a veces de una correspondencia exacta, entre las estructuras de los mitos en diferentes pueblos aun con distancias geográficas muy grandes entre sí. Este hecho ha sido interpretado de diferentes maneras: quienes lo atribuyen a la existencia de estructuras de base uniformes en la mente humana[4]; quienes piensan que tiene un origen geográfico común desde el que se difundieron al resto del mundo. El lugar de origen podría ser la India o quizá Babilonia.
2º) ¿Cuál es la razón de esta similitud; cuál es su origen? Problema que existe también en relación con los cuentos populares. Es interesante señalar que, Rodríguez Almodóvar en un libro sobre los cuentos escribe acerca de uno que se encuentra entre los indios Chinook: cinco hermanos tienen que pasar la misma prueba sucesivamente; los mayores fracasan pero el menor triunfa siempre.
Lo mismo se encuentra en cuentos indoeuropeos en que, un rey, pone a prueba a sus hijos para legar la corona y ocurre lo mismo: fracasan los mayores y triunfa el menor. “Lo más interesante de esta semejanza es que la primera parte del planteamiento –someter a prueba para establecer quien es merecedor de algo- aun podría tener un contenido histórico, por el que los pueblos más alejados entre si deciden operar imaginariamente de la misma manera para resolver los mismos problemas, generalmente los del poder. Pero el hecho de que el ganador sea siempre el más pequeño ya parece adentrarse en los contenidos psicológicos, que hacen del hermano menor el símbolo de la inteligencia personal. De esta combinación de lo histórico y lo psicológico nace la interpretación más aceptable, hasta el momento de, cómo, cuándo y porqué en lugares tan distantes surgen cuentos parecidos.”[5]
En realidad aquí ilustra las distintas vertientes que se funden y condensan en un cuento lo mismo que pasa con los mitos.
3º) Otro problema es reflexionar acerca de si los mitos, el pensamiento mitopoietico, corresponden a un período superado de la humanidad o bien se trata de estructuras profundas del psiquismo en general y en todos los tiempos. La respuesta que daríamos desde el psicoanálisis abona a esta última idea en tanto postula la existencia de deseos profundos e inconscientes característicos de la condición humana. De acuerdo con esto cabe pensar que hay mitos modernos. Mircea Eliade cree que “ciertos comportamientos míticos> perduran aun ante nuestros ojos. “No se trata de <supervivencias> de una mentalidad arcaica, sino de que ciertos aspectos y funciones del pensamiento mítico son constitutivos del ser humano.”
“Si se va al fondo de las cosas el mito de superman satisface las nostalgias secretas del hombre moderno que, sintiéndose frustrado y limitado, sueña con revelarse un día como un <personaje de excepción>, como un <héroe>”[6].
4º) El mito se opone al logos sin embargo la mitología parece articular esta oposición. Se pueden tomar los mitos al pie de la letra y admitirlos como una realidad prehistórica que dan cuenta del origen y razón de ser de todo lo existente; se los puede desechar considerándolos <ficciones>, <fábulas> sin valor. O bien se puede pensar en ellos como dotados de un valor simbólico en relación a algo que no puede expresarse de otro modo. En este último caso es un relato que tiene dos caras: una ficticia y otra real; consistente, la primera en que de hecho nunca ha ocurrido lo que el mito cuenta; y la segunda lo que dice el relato responde a alguna clase de <realidad>. Y aquí, en este nivel es donde intentan <hincar el diente> diversas disciplinas, entre ellas el psicoanálisis.
Dentro del vasto material que componen los mitos me ocuparé del mito del nacimiento del héroe. De acuerdo con la definición del Diccionario de Grimal, ya citado, pertenece a un subtipo de lo que llama <ciclo heroico>. Entendiendo por este último “una serie de historias cuya única unidad viene dada por la identidad del personaje que es su principal protagonista”[7]
Si redujéramos todas las versiones existentes del mito del nacimiento del héroe a un arquetipo[8]nos encontraríamos con un esquema común integrado por los siguientes elementos:
- El héroe proviene de padres nobles (desde lo manifiesto una excepción a esto podría ser el caso de Moisés, luego me referiré a ello).
- No es un dios, aunque puede haber sido engendrado por un dios o por otro héroe (Karna, hijo de la princesa Pritha quien lo dio a luz siendo virgen, su padre fue el dios solar Zunya; Télefo, cuya madre fue violada por Hércules; Hércules, hijo de Alcmena y Zeus; Perseo, hijo de la princesa Dánae y de Zeus, etcétera.
- Previo a su nacimiento, un sueño, a veces una profecía anuncia que su existencia acarreará una desgracia para su padre o representante simbólico (en ocasiones se trata del abuelo materno como en el caso de Perseo y Télefo, o el Faraón en el de Moisés). La desgracia consistiría en la muerte o el destronamiento del padre (Edipo, Abraham[9], Rómulo) o del abuelo (Perseo, Télefo). En otros casos, como en el de Sargón, se trató de un nacimiento ilegítimo dado que su madre era vestal.
- En función de lo anterior se intenta conjurar el peligro, ya sea ordenando la muerte del niño (Abraham, Moisés, Edipo, Jesús) o encerrando a su futura madre para que no pudiera tener contacto con hombres (Dánae, madre de Perseo encerrada en una torre porque una profecía anunció que daría a luz a un hijo que mataría a su abuelo; Auge, madre de Télefo condenada por su padre a ser sacerdotisa de Atenea para defender su virginidad por las mismas razones que la anterior)
- Después del nacimiento, que no se pudo evitar, el futuro héroe es abandonado para que muera (Edipo, Rómulo y Perseo arrojados al agua para matarlos) o bien arrojado a las aguas de un río para salvarlo (Moisés, Sargón, Karna) en una cesta hecha con juncos; o bien es escondido en una cueva como en el caso de Abraham).
- Luego de su abandono, el héroe, es rescatado por gente humilde que lo cría como hijo, o por animales (la loba en el caso de Rómulo; una osa en el caso de París; Gilgames salvado y cuidado por un águila.)
- Exceptuado el caso de Edipo, estos héroes, podrán fundar un pueblo o nación pero no fundan una familia ni tienen hijos.
- Por último, otro elemento arquetípico es que finalmente descubren su origen y cumplen su destino heroico como fundadores de pueblos y naciones (Sargón, Moisés, Abraham).
Estos elementos constituyen el perfil de héroe que tiene que triunfar, antes que de ninguna otra cosa, de la profecía que lo ha condenado a muerte. Es decir que tiene que triunfar sobre los deseos de muerte de su padre o representante paterno. ¿Qué puede decir el psicoanálisis de todo esto?
“Precursor en el cuestionamiento de la concepción del ser humano regido por el logos soberano, Freud incluyó como merecedores de ser tomados en cuenta de manera prioritaria, aquellos aspectos del psiquismo humano que hasta entonces no habían sido considerados dignos de estudios científicos.”[10]
Creo que hay tres escritos freudianos que marcan el camino desde el que puede hacerse un intento de interpretar a los mitos en general y al del nacimiento del héroe en particular:
1) La interpretación de los sueños.
2) La novela familiar del neurótico.
3) El poeta y el fantaseo.
Freud, en primer lugar y luego Rank y Abraham pusieron de manifiesto que la estructura del mito correspondía a la arquitectura del sueño. Al igual que el último estaría compuesto por un mecanismo complejo, síntesis entre la expresión de un deseo inconsciente y las deformaciones consiguientes debidas a los procesos defensivos. Es decir que, detrás de su aspecto de ficción, estarían dando expresión a aquellos deseos inconscientes que han sido desterrados por la represión pero nunca destruidos y que constituyen la realidad de aquello que llamamos inconsciente. Siendo así, tanto el sueño como el mito pueden leerse como un fantasma complejo en el que, la realización del deseo y las defensas quedan articuladas. Es decir que, mitos y sueños serían fenómenos de la misma serie, detrás de los que nos encontraríamos con el Inconsciente y sus modalidades de funcionamiento.
Joseph Campbell escribe:
“ (Freud) Con su descubrimiento de que los patrones y la lógica del cuento de hadas y del mito corresponden a los del sueño, las hace mucho desacreditadas quimeras del hombre arcaico han regresado dramáticamente al campo de la conciencia moderna.”[11]
En 1909 Karl Abraham escribió una interesante monografía titulada “Sueños y mitos. Un estudio de psicología colectiva”[12] en la que desarrolló en forma exhaustiva el paralelo entre sueño y mito. Si Freud escribió “el sueño es un fragmento de la vida infantil reprimida”, Abraham lo parafrasea y amplia al anotar “…el mito es un fragmento de la vida psíquica infantil desalojada, de los pueblos. Contiene en forma velada sus deseos infantiles originados en los tiempos prehistóricos”.
También Rank se adscribe a esta manera de pensar cuando escribe “el mito es un sueño de los pueblos.”[13] [14]
De acuerdo con estas ideas el sueño es un fenómeno individual mientras que los mitos son sueños colectivos cuyo denominador común estaría dado por los deseos ancestrales que forman parte constitutiva, desde siempre, de las profundidades del alma humana.
Si, “La interpretación de los sueños” aporta la idea del Deseo Inconsciente como motor del aparato psíquico, la novela familiar del neurótico nos acerca al contenido del material deseante.
“Desde hace tiempo me persigue la idea de que nuestros estudios sobre el contenido de las neurosis podrían tener la vocación de esclarecer el enigma de la formación de mitos, y que el núcleo de la mitología no es otro que lo que nosotros denominamos <complejo nuclear> de la neurosis,”[15]
Resumiré el contenido del artículo de 1909 anticipando que en él va a describir un conjunto de fantasías que encuentra con frecuencia por detrás de las neurosis:
“…Para todo niño pequeño los padres son al comienzo la única autoridad y la fuente de toda creencia. Llegar a parecerse a ellos –vale decir al progenitor de igual sexo- a ser grande como el padre y la madre: he ahí el deseo más intenso y más grávido en consecuencias de esos años infantiles”[16]
De esta forma describe el comienzo porque más tarde esta situación entrará en crisis y se transformará en otra. A esta primera identificación le seguiría el discernimiento crítico. Discernimiento crítico significa que, el niño, ha advertido ya (por comparación, escribe Freud) una distancia entre sus padres reales y aquellas figuras idealizadas de la etapa anterior; pero “discernimiento crítico” cargado de determinaciones inconscientes; pequeñas desilusiones respecto de ellos, la llegada de un hermanito serían algunos de los motivos que introducirían elementos hostiles en el vínculo con los padres que iniciarían un movimiento de desvalorización de los mismos junto a la aparición de sentimientos de no ser suficientemente queridos que determinarían la aparición de fantasías de ser hijo adoptivo o bastardo. A partir de este momento se va a producir un movimiento psíquico de sustitución, en la fantasía, de los padres reales por otros mejores y de mayor alcurnia, efecto que en este primer momento recaerá sobre ambos progenitores.
En un tercer tiempo que llama estadio sexual, en el que aparecerá la rivalidad sexual, debido a que ya se ha hecho el descubrimiento de que, el padre es incierto y la madre cierta se produce otra modificación. Ahora sólo es sustituido el padre y se lo enaltece en lo imaginario y se atribuye el propio origen a una infidelidad de la madre en relación al padre real.
En resumen, al final de este proceso el sujeto ha modificado sus vínculos genealógicos, inventándose una familia que no es la real.
Si se observa esta <novela> y el esquema arquetípico del nacimiento del héroe se verá que existe un parentesco estructural, el mito aludido también realiza esta sustitución y la plasma en forma poética. Los padres verdaderos son de alta alcurnia lo que otorga al héroe un origen aristocrático; aquellos que lo han recogido y criado son o bien modestos labriegos o animales (excepción: Edipo; Moisés- ver después). Que esto es una inversión de la situación originaria se pondría de manifiesto en aquellos mitos en los que el héroe es recogido de las aguas, en tanto este acontecimiento alude simbólicamente al acto de nacer: recogido de las aguas-nacimiento; quien recoge-Madre que da a luz.
Pero, en el caso del niño y, por extensión, en el del héroe: ¿al servicio de qué estaría esta construcción fantasma tica que modifica la genealogía?
Para decirlo pronto, con ella el hijo varón se desembaraza del padre y de los hermanos: “Muy en particular son los niños nacidos después que otros hermanos quienes mediante esas imaginerías arrebatan la primacía sobre todo a los predecesores (exactamente como en las intrigas que registra la historia)”[17]
Se comprende que, en el nivel que estoy describiendo, la novela está al servicio de <eliminar> de un plumazo a los rivales[18] y hay otro factor que apunta en la misma dirección: la virginidad de la madre (Sargón, Karna) constituye el repudio más rotundo hacia la función paterna.[19] Cosa que recuerda la idea de la madre fálica como reaseguro contra la castración Madre-hijo en una unión narcisista sin resquicios. El héroe amenazado por la figura paterna sale victorioso frente a la amenaza de castración de forma que, el adulto que amenaza con ella, termina a su vez castrado.[20] Pero hay otro aspecto por detrás de esta construcción. En realidad con la sustitución aludida el niño no hace sino un intento de recuperar a los padres anteriores al momento de la desilusión. Escribe Freud refiriéndose a lo anterior: “…no es sino expresión de la añoranza del niño por la edad dichosa y perdida en que su padre le parecía el hombre más noble, y su madre la mujer más bella y amorosa…la fantasía no es en verdad sino la expresión del lamento por la desaparición de esa dichosa edad”[21]
Dos aspectos se articulan en todo lo anterior. En un primer nivel asistimos a la eliminación de los rivales como necesidad de sostener el vínculo con la madre sin competencia y muestra así tanto al niño como al héroe anclados en el complejo de Edipo, el triunfo sobre el padre. Ambos, mito y novela realizan este deseo pero el mito va más allá: Edipo mata a su padre y se casa con su madre; Télefo se casa con su madre pero la reconoce antes de consumar el incesto; Perseo mata a su abuelo quien lo había condenado a muerte a raíz de una profecía.
Pero Freud señala la existencia de un segundo nivel que podríamos llamar regresivo, en tanto intenta recuperar un estado anterior. Nivel de unión identificatorio con ambos progenitores. Es decir que, de lo que se trataría en el fondo es de recuperar un estado narcisista, aconflictivo, no perturbado por la aparición del tercero. Desde esta óptica el mito del nacimiento del héroe da expresión a uno de los deseos, quizá, más profundos del ser humano, el de ser Uno, de recuperar el Yo Ideal.
En relación al “Poeta y los sueños diurnos” diría que aporta otro elemento para la comprensión del mito. Según Freud, la fantasía es el origen de la creación artística y, además, los cuentos de hadas y los mitos y leyendas de las naciones contienen las fantasías colectivas y compartidas. Desde el punto de vista que nos interesa aquí basta con decir que el poeta toma el material de sus fantasías y al crear imaginariamente al héroe se identifica con él y realiza a nivel imaginario aquellas hazañas que atribuye al héroe; pero aquí aparece la diferencia con el fenómeno onírico: El poeta no ha alucinado como el soñante por el contrario a creado una historia capaz de ser compartida con los demás. Creo que en este aspecto se acerca el tiempo del mito al de la fantasía inconsciente.
No hace falta que diga que, tanto Freud como Rank, al poner el acento en lo [22]intrapsíquico del niño-héroe, atribuyen tanto a la profecía como el intento de filicidio, a la proyección de la agresión hacia el padre. Hay que consignar que, Rank, hace notar que, en la novela familiar es el niño quien se desembaraza del padre mientras que, en el mito, es el padre quien intenta desembarazarse del hijo (p. 87). Sin embargo esta idea requiere ser complementada, y se puede mirar otro aspecto de la obra freudiana.
“En la relación entre padres e hijos se esconde más de un motivo de hostilidad;…..Las oscuras noticias que de los tiempos primordiales de la sociedad humana han llegado a nosotros en la mitología y las zagas nos trasmiten una triste idea del despotismo del padre y de la inmisericordia con que uso de el. Cronos devora a sus hijos… y Zeus castra al padre y lo suplanta como señor. Cuanto más irrestricto fue el poder del padre en la familia antigua, tanto más debió el hijo, llamado a sucederle, situarse como su enemigo y sentir la impaciencia de alcanzar la dominación por la muerte del padre. Aun en nuestra familia burguesa, el padre, negando a su hijo la independencia y los medios para procurarla, suele favorecer el germen natural de hostilidad contenido en esa relación…Los padres suele aferrarse espasmódicamente a lo que en nuestra sociedad queda de la ya anticuada potestas patris familias…” (La interpretación de los sueños –Vol. IV – p. 265-266)
“Contemporáneamente al doblegamiento y desestimación de estas fantasías claramente incestuosas, se consuma uno de los logros psíquicos más importantes, pero también más dolorosas, del período de la pubertad: el desasimiento respecto de la autoridad de los progenitores, el único que crea la oposición tan importante para el progreso de la cultura, entre la nueva generación y la antigua.” (Tres ensayos de una teoría sexual – p. 207)
Estos textos plantean el tema de una lucha generacional, dado que señalan la existencia de una estructura intersubjetiva (padre-hijo) cuyos polos se alimentan mutuamente, y podemos mirar también desde esta óptica el tema del nacimiento del héroe.
Examinando nuevamente el material nos encontramos con padres que condenan a sus hijas a la virginidad por la profecía que ya hemos mencionado (Dánae, madre de Perseo encerrada en una torre para que no pudiera tener relaciones con hombres; Auge madre de Télefo convertida en sacerdotisa de Atenea y amenazada de muerte si llegara a tener relaciones con algún hombre) En todos estos mitos se observa una oposición hostil entre generaciones que contiene dos aspectos diferentes de lo mismo: el hijo combatiendo al padre y el padre al hijo. Como si el padre creyera que sin sucesor viviría eternamente; el hijo que matando al padre reeditaría la dupla narcisista con la madre; el padre eliminando al hijo como si este encarnara la amenaza contra su vida.
Circula a lo largo de todas estas historias una fantasía omnipotente que deja de lado la realidad de la muerte, de la finitud. Máxima amenaza para el narcisismo humano en todas las épocas desde que este animal humano se irguió sobre dos patas y comprendió que se iba a morir.
Los mitos han corrido diversa suerte a través de los tiempos, desde haber sido arrojados al desván de lo arcaico de la humanidad, labor que al parecer fue cumplida por el racionalismo griego hasta su recuperación como testimonio de experiencia profundas. Este rescate ocurrió gracias a la transformación de la mirada que los aprecia. Los mitos no tienen que ver con una realidad histórica; no relatan sucesos que hayan ocurrido en la realidad histórica, precisamente el descrédito en que cayeron al aparecer el pensamiento filosófico griego se debió a esta razón, y a lo que se debió su nombre mito-fábula.
Si consideramos que el mito expresa algo más allá de lo ficticio de su contenido manifiesto habría que agregar que su desciframiento puede arrojar resultados diversos según la mirada que lo enfoque sin que necesariamente unas sean excluyentes de otras.
Si hay algo en común en este vasto material que constituyen los mitos es el hecho de que se refieren a sucesos ocurridos en un “pasado remoto y casi siempre impreciso”[23]. Lo ocurrido puede ser diverso: el origen del mundo (mito cosmogónico), origen de los dioses (teogonía), origen de un pueblo o de algo ocurrido después de la creación del universo. Estas diferencias dan pie a discrepancia en relación a lo que se llamaría mito. Mircea Eliade, al señalar esta dificultad propone una definición muy amplia “…el mito cuenta cómo gracias a las hazañas de los seres sobrenaturales una realidad ha venido a la existencia sea esta la realidad total, el cosmos o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal un comportamiento humano, una institución” [24]
Pero a la vez existe otra definición menos abarcativa: “Se ha convenido en llamar <mito> en sentido estricto, a una narración que se refiere a un orden del mundo anterior al actual, y destinado no a explicar una particularidad local y limitada, como es el contenido de la sencilla <leyenda etiológica> sino a una ley orgánica de la naturaleza de las cosas.”[25]
Eliade tiene un concepto más amplio y separa a los mitos cosmogónicos de los mitos de origen; mientras que, Grimal, reserva el nombre sólo para los primeros. Lo demás serán <leyendas etiológicas>, <ciclos heroicos>, etc. Según esta clasificación, por ejemplo el de Heracles no es un mito sino un ciclo heroico, distinto al relato del diluvio que sí, lo es.
De cualquier manera llámense mitos o ciclos heroicos todos tienen ese común denominador dado por narrar algo sucedido en ese tiempo primordial.
Un hecho ha llamado siempre la atención a los estudiosos: la desconcertante similitud y hasta, en parte, una correspondencia exacta “entre las estructuras de los mitos en diferentes pueblos aun en aquellos separados por vastas distancias geográficas”[26]
Se han intentado distintas explicaciones causales de hecho tan asombroso:
- – PENSAMIENTOS FUNDAMENTALES: la concordancia aludida sería la consecuencia de la disposición uniforme de la mente humana, idéntica en todo tiempo y lugar.
- – ORIGEN COMUN: surgidos en un mismo lugar geográfico desde el que se habrían difundido a lo ancho y lo largo del mundo. Originarios de India se difundieron a los pueblos más próximos primero (Indogermánicos) y posteriormente a los demás.
- – MIGRACIÓN O PRÉSTAMO: (plagio) versión más moderna de la anterior para incluir hallazgos posteriores. Atribuye el centro de irradiación a Babilonia y no a la India.
Se plantean varios problemas:
a). Cuál es la razón de la similitud de la estructura: ¿tiene su origen en la historia o en lo psicológico? Este problema existe también en relación a los cuentos populares. Antonio Rodríguez Almodóvar en un libro sobre el tema escribe acerca de un cuento que se encuentra entre los indios Chinook: cinco hermanos tienen que pasar la misma prueba sucesivamente; los mayores fracasan pero el menor triunfa siempre. Lo mismo se encuentra en cuentos indoeuropeos en que, un rey, pone a prueba a sus hijos para legar la corona y ocurre lo mismo: fracasan los mayores y triunfa el menor.
“Lo más interesante de esta semejanza es que la primera parte del planteamiento –someter a prueba para establecer quien es merecedor de algo- aun podría tener un contenido histórico, por el que los pueblos más alejados entre sí deciden operar imaginariamente de la misma manera para resolver los mismos problemas, generalmente los del poder. Pero el hecho de que el ganador sea siempre el más pequeño ya parece adentrarse en los contenidos psicológicos, que hacen del hermano menor el símbolo de la inteligencia personal. De esta combinación de lo histórico y lo psicológico nace la interpretación más aceptable, hasta el omento, de cómo, cuándo y porqué en lugares tan distantes surgen cuentos tan parecidos”[27]
El pensamiento freudiano parece estar ubicado en la primera posición explicativa de la similitud estructural – la de los pensamientos elementales – pero a cambio de que cambiemos <pensamientos> por <deseos>.
b) – Cuál es el origen del primer mito: hay quienes piensan que todos se remontan a un único prototipo sumamente antiguo.
Otra aclaración corresponde hacer en el paralelismo señalado entre sueño y mito y que J. Campbell expresa así: “…los mitos no son exactamente comparables a los sueños. Sus figuras se originan en las mismas fuentes –las fuentes inconscientes de la fantasía- y su gramática es la misma, pero no son productos espontáneos del sueño. Al contrario sus patrones están controlados conscientemente y su función es servir como un poderoso lenguaje pictórico para la comunicación de la sabiduría tradicional.” (p. 239)
Dos ideas frente a esta cita:
- Sueño y mito se diferencian en tanto, el último, tiene una función social que trasciende lo individual.
- Pero el mito es algo más que “un lenguaje pictórico para la transmisión de la sabiduría tradicional.” Si nos quedáramos con esta idea sólo miraríamos el aspecto manifiesto (la fábula) como si de un libro de texto se tratara. Hay que agregar y acentuar otro aspecto de fundamental importancia para el psicoanalista.
“El mito ha de expresar en forma sucesiva y anecdótica lo que es supratemporal y permanente; lo que jamás deja de ocurrir y que, como paradigma vale para todos los tiempos…” – (José Echeverría—citado por Ferrater Mora.)
“…El mito cuenta una historia sagrada: relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los <comienzos>…” (Eliade).
Este es el otro aspecto relevante del mito que lo aleja radicalmente de la idea de un medio de transmisión de sabiduría para acercarlo, otra vez, al fenómeno onírico. El tiempo del mito es otro tiempo; tiempo <supratemporal y permanente>. No sólo se quiere decir que es un tiempo pasado, primordial sino que por sobre todas las cosas es otro tiempo. El mito debe ser reactualizado mediante el ritual. No se trata de una conmemoración si así fuera nos encontraríamos en el tiempo profano. Se trata de un revivir el tiempo pasado. El mito abre así otra dimensión temporal: tiempo sagrado, tiempo supratemporal.[28]No es rememoración es revivir. Estas ideas acerca de un tiempo <recuperable> nos hacen pensar en esos deseos profundos y universales de trascender el tiempo humano, a la vez que nos evoca la acción de una fantasía de identificación con aquellos seres.
c) – Cuál es la fuerza motriz de los mitos.
Si redujéramos todas las versiones existentes del mito del nacimiento del héroe a un arquetipo[29] nos encontraríamos con un es quema común integrado por los siguientes elementos[30]:
- – El héroe proviene de padres nobles a excepción de Moisés; no es un dios aunque pudo ser procreado por un dios o un héroe.
- – Antes de su nacimiento un sueño o profecía anuncia que su nacimiento acarreará una desgracia para su padre o representante (el faraón en Moisés; el abuelo en Perseo y Télefo). La desgracia consistirá en muerte o destronamiento (Edipo, Abraham, Rómulo). En otros casos como el de Sargon es un nacimiento ilegítimo (su madre era vestal).
- – En función de lo anterior se intenta conjurar el peligro ya sea ordenando la muerte del niño (Moisés, Edipo, Jesús) o encerrando a su futura madre para evitar todo contacto con hombres (Dánae, madre de Perseo encerrada en una torre porque una profecía anunció a su padre que daría a luz un hijo qué mataría a su abuelo; Auge, madre de Télefo condenada por su padre a ser sacerdotisa de Atenea para defender su virginidad por las mismas razones que la anterior)
- – Después del nacimiento –que no se pudo evitar- el futuro héroe es abandonado para que muera (Edipo, Télefo, Perseo, Rómulo) o bien arrojado a las aguas para salvarlo (Moisés) o escondido en una cueva Abraham).
- – Posteriormente a sui abandono es rescatado por gente de humilde condición que los recogen compasivos y los cuidan; o bien son salvados y cuidados por algún animal (loba, águila, osa)
- – Por último otro elemento arquetípico es que, finalmente descubren su origen y cumplen su destino grandioso-
¿Qué puede decir el psicoanálisis de todo esto?
Los autores psicoanalíticos que se ocuparon del tema, comenzando por el propio Freud encuentran e el modelo del fenómeno onírico una vía de comprensión. Del sueño extraen la idea el mito igual que el sueño es una <formación del inconsciente> con varios aspectos en común. Ambos poseen un doble contenido: el manifiesto, esto es el relato, y otro, latente que, al deslizarse simbólicamente sobre el primero, se esconde detrás suyo a la vez que lo devela. Ambos son formaciones realizadoras de deseos y, en particular en el sueño, de los deseos más profundos, infantiles del individuo.
Entre sus continuadores mencionaré a Abraham y a Rank. El primero escribió una monografía titulada “Sueños y mitos. Un estudio de Psicología colectiva” (1909) en la que desarrolló en forma exhaustiva la semejanza entre estos dos fenómenos. Si Freud escribió “el sueño es un fragmento de la vida infantil reprimida”, Abraham lo parafrasea y amplia al anotar “el mito es un fragmento de la vida psíquica infantil desalojada de los pueblos. Contiene en forma velada sus deseos infantiles originados en los tiempos prehistóricos”. También Rank se adscribe a esta idea cuando escribe “el mito es un sueño de los pueblos”[31]
Quizás sea necesaria una discreción aclaratoria porque si se habla de “deseos infantiles” ya sea del individuo o de los pueblos esta expresión nos interroga acerca de si se trata de una problemática infantil o humana. Reducirlo a la expresión literal <infantil> nos llevaría erróneamente a pensar que se trata de residuos que, la madurez debería superar y a olvidarnos de que la indefensión humana se extiende toda la vida y, es en ella que tienen sus raíces los deseos de lo que hablamos. Formulado lo anterior de otra manera plantea la pregunta de sí la actividad mitopoietica es propia de pueblos arcaicos y primitivos que desaparecería con el progreso civilizatorio. Es decir, es propia de un pasado remoto de la humanidad desterrada después por el pensamiento filosófico y científico; o bien hay que considerarla como un trasfondo siempre presente en la vida mental humana.
“Ciertos <comportamientos míticos> perduran ente nuestros ojos. No se trata de <supervivencias> de una mentalidad arcaica, sino de que ciertos aspectos y funciones del pensamiento humano son constitutivas del ser humano” (Eliade- p. 189).
“Si se va al fondo de las cosas el mito de superman satisface las nostalgias secretas del hombre moderno que, sintiéndose frustrado y limitado, sueña con revelarse un día como un <personaje excepcional>, como un <héroe>“ (p. 192). Resumiendo: profecía que anuncia un mal a su padre o representante si llegara a nacer; intento de matarlos; salvación y retorno a sus orígenes para cumplir grandes tareas.
Así como señalamos una semejanza entre sueño y mito en general, también existe la misma semejanza entre el contenido del mito del nacimiento del héroe y la novela familiar del neurótico.
“Desde hace tiempo me persigue la idea de que nuestros estudios sobre el contenido de las neurosis podrían tener la vocación de esclarecer el enigma de la formación de mitos, y que el núcleo de la mitología no es otro que lo que nosotros denominamos <complejo nuclear de la neurosis> “(carta de Freud a Oppenheimer del 28 de octubre de 1909).
Hay tres escritos de Freud que marcan el camino dentro del que se puede hacer un intento de interpretar a los mitos en general y al del nacimiento del héroe en particular. Ellos son, La interpretación de los sueños, la Novela familiar del neurótico y El poeta y los sueños diurnos.
Si, el sueño acerca la idea del Deseo Inconsciente como motor del mito, que entonces podría leerse como un fantasma complejo en el que la realización del deseo y las defensas se articulan. Del “Poeta y los sueños diurnos” podemos extraer ideas que nos permiten pensar la relación del poeta con su propia producción y, de la novela familiar del neurótico extrae Freud la sustancia del material deseante.
Todo niño idealiza a sus padres “para todo niño pequeño, los padres son al comienzo la única autoridad y la fuente de toda creencia” Pero esta situación necesariamente tiene que entrar en crisis—desilusión—sentimiento de ser relegado que genera sentimientos hostiles que se traducen en la desvalorización de los padres reales. Sentimiento de ser hijo bastardo o adoptivo. A partir de ahora se produce un movimiento psíquico de sustitución, en la fantasía, de los padres reales por otros mejores, de mayor alcurnia. En un tercer tiempo, que llama estadio sexual porque se ha hecho un descubrimiento: padre incierto- madre ciertísima, se produce otra modificación. Ahora sólo es sustituido el padre, siempre por otro de mayor alcurnia, se lo enaltece en lo imaginario, se atribuye el propio origen a una infidelidad de la madre. En resumen, al final de este proceso el sujeto ha modificado sus vínculos genealógicos, inventándose una familia que no es la real. Si se observa esta novela familiar y el esquema arquetípico del nacimiento del héroe veremos que existe un parentesco estructural, el mito del nacimiento del héroe también realiza esa sustitución y la plasma en forma poética, con algunas modificaciones secundarias. Los padres verdaderos son de alta alcurnia cosa que otorga al héroe un origen aristocrático; los que lo han recogido y criado son, o bien animales o modestos labriegos (corresponde esto a la desvalorización en la novela). En principio la única excepción es la de Moisés, luego me referiré a ello. Un valor aparte podrían tener los mitos en los que, el héroe, es rescatado de las aguas; hecho este ultimo que es un símbolo del nacimiento (ser recogido de las aguas – nacer- la que recoge es la madre que da a luz). Lo anterior aplicado a el mito de Moisés produce un vuelco ya que, como Freud señala en Moisés y la religión monoteísta, este sería sí de origen aristocrático.
Pero ¿al servicio de qué estaría esta construcción fantasmática que modifica la genealogía? Para decirlo pronto con ella el hijo varón se desembaraza del padre y de los hermanos.
“Muy en particular son los niños nacidos después que otros hermanos quienes mediante esas imaginerías arrebatan la primacía sobre todo a los predecesores (exactamente como en las intrigas que registra la historia)”. Se comprende que, el nivel al que me estoy refiriendo ahora, la novela está al servicio de “eliminar” de un plumazo a los rivales.
Es que, en la obra de un hombre genial nos encontremos con lo siguiente. Me refiero a Nietzsche que, el El Ocaso de los Ídolos critica a la teoría del medio ambiente, a la que llama <teoría neurótica>. La crítica se refiere a la idea de explicar al ser humano apelando a los factores ambientales en los que se desarrollo y surgió. En Ecce Homo escribe “con quien menos emparentados se está es con los propios padres; estar emparentados con ellos sería el signo más claro de vulgaridad. Los seres superiores proceden de algo infinitamente anterior, y para lograr crear unos seres así ha habido que estar durante muchísimo tiempo reuniendo, ahorrando y acumulando. Las grandes individualidades son las más ancestrales.” Aquí resuena, con mucho ruido, la novela familiar del neurótico.
Pero hay otro aspecto detrás de esta construcción fantasmática: En realidad con la sustitución aludida el niño no hace sino un intento de recuperar a los padres anteriores al momento de la desilusión. Lo descrito “no es sino expresión de la añoranza del niño por la edad dichosa y perdida en que su padre le parecía el hombre más noble y poderoso, y su madre la mujer más bella y amorosa…la fantasía no es en verdad sino la expresión del lamento por la desaparición de esa dichosa edad.”.
Dos aspectos se articulan. En un primer nivel se asiste a la eliminación de los rivales como necesidad de sostener el vínculo con la madre sin competencia. Muestra así tanto al niño como al héroe, anclados en el complejo de Edipo, el triunfo sobre el padre, aspecto que le hace decir a Rank que el héroe no quiere tener hermanos ni familia. En este nivel, entonces aparece el triunfo sobre el padre. Ambos, mito y novela realizan este deseo pero el mito, en algunos casos va más allá: Edipo mata a su padre y se asa con su madre, Télefo estuvo a punto de desposar a su madre; Perseo accidentalmente mata a su abuelo quien lo había condenado a muerte a raíz de una profecía.
Pero Freud señala la existencia de un segundo nivel por detrás de lo manifiesto del anterior. Nivel que podríamos llamar regresivo en tanto intenta recuperar un estado anterior. Nivel de unión identificatoria con ambos progenitores. Es decir que, de lo que se trataría en el fondo es de la recuperación de un estado narcisista no perturbado por la aparición del tercero.
¿Qué puede aportar a todo lo anterior la consideración de El poeta y los sueños diurnos? De la complejidad de aspectos incluidos en este artículo de 1909, extraeré sólo lo siguiente: el poeta crea un héroe que lo representa y con el cual se identifica inconscientemente, de tal modo que al crearlo esta dando expresión y “viviendo” sus propios deseos.
“Examinemos ahora aquel género de obras poéticas en las que no vemos creaciones libres, sino elaboración de temas ya dados y conocidos. También en ellas goza el poeta de cierta independencia, que puede manifestarse en la elección del tema y en la modificación del mismo, a veces muy amplia. Ahora bien: todos los temas dados proceden del acervo popular, constituido por los mitos, las leyendas y la fábulas….es muy probable que los mitos…correspondan residuo deformados de fantasías optativas de naciones enteras a los sueños seculares de la Humanidad joven.” de ser reyes, fundadores de naciones (Moisés, Sargón)- *****
El mito del nacimiento del héroe realiza esta sustitución o bien plasma en forma poética esta problemática: los padres modestos no son los verdaderos a pesar de que en ellos aparecen las expresiones de cuidados y de amor; sus padres son de alcurnia lo que destina al futuro héroe a una vida de triunfos. Es decir, el héroe nación en una cuna noble, fue expulsado de ella pero la recuperará para cumplir su destino heroico. En el artículo que comento Freud hace una afirmación que puede servir de guía:
“Cuándo el individuo, a medida de su crecimiento consigue liberarse de sus padres, incurre en una de las consecuencias más necesarias, aunque también una de las más dolorosas que el curso de su desarrollo le acarreará, Es absolutamente inevitable que dicha liberación se lleve acabo, al punto que debe haber sido cumplida en determinada medida por todo aquel que haya alcanzado un estado normal. Hasta el progreso mismo de la sociedad reposa esencialmente sobre esta oposición de las generaciones sucesivas.”
Para Rank el héroe es la expresión del yo-infantil narcisista a la vez que explica el contenido de la profecía como con un significado paranoide defensivo que le otorga al héroe la justificación necesaria. Es decir que sería una pura proyección de la hostilidad edípica.
Pero y la lucha generacional ¿se da solo en una dirección?
Quiero comenzar aclarando que los mitos, como toda producción cultural humana, tienen una complejidad tal que permite y necesitan un múltiple abordaje. Quiero decir que distintas disciplinas darán explicaciones diferentes, con toda legitimidad, dado que los abordarán desde distintas ópticas. Una de ellas es la interpretación psicoanalítica. Conocido es el interés que Freud tuvo hacia los mitos y la religión como productos significativos de la mente humana. Consideró que eran la expresión elaborada y disfrazada de los deseos más profundos del individuo en particular y de la humanidad en general. El fenómeno onírico sería una producción individual mientras que los mitos serían “sueños” colectivos. Se adscribe a la corriente alegórica o simbólica que es aquella que considera una doble faz en todo mito: por un lado, lo manifiesto, el relato del mito tal como ha llegado a nuestros días, es el aspecto de <fábula> dado que no relata nada ocurrido históricamente, este es el contenido ficticio que le da el nombre: mito (fábula). Pero también tienen un contenido “latente” en el que se puede descubrir que aquello que relata corresponde a algún tipo de realidad, claro que en este caso se trataría de la realidad interna, del mundo de los deseos más profundo de la mente humana.
Cabe citar aquí a Joseph Campbell cuando escribe refiriéndose a Freud: “Con su descubrimiento de que los patrones y la lógica del cuento de hadas y del mito corresponden a los del sueño, las hace mucho desacreditadas quimeras del hombre arcaico han regresado dramáticamente al campo de la conciencia moderna.” El mencionado interés del fundador del Psicoanálisis tuvo continuadores inmediatos, de los que mencionaré dos: Karl Abraham y Otto Rank.
Karl Abraham escribió una monografía titulada “Sueños y mitos. Un estudio de Psicología colectiva”[32] en la que desarrolló en forma exhaustiva el paralelismo entre sueño y mito. Si Freud escribió “el sueño es un fragmento de la vida infantil reprimida” Abraham lo parafrasea y amplía al anotar “…el mito es un fragmento de la vida psíquica infantil desalojada, de los pueblos. Contiene en forma velada sus deseos infantiles originados en los tiempos prehistóricos.”
También Rank se adscribe a esta idea cuando escribe “el mito es un sueño de los pueblos”.
En este punto hay dos reflexiones que hacer:
Primero, si bien todo mito se refiere a un tiempo primordial, tiempo de los orígenes[33] es necesario preguntarse si, como actividad mental, el pensamiento mítico es algo que podamos reducir a la infancia individual o filogenético o bien está presente en las profundidades mentales del ser humano moderno. Si bien las citas anteriores, de Freud y Abraham parecen acotar la mitopoiesis a la infancia individual o colectiva podemos encontrarnos con ideas freudianas en torno a la persistencia en la psique de tendencias regresivas como trasfondo último.
También un estudioso de los mitos como Mircea Eliade piensa que “ciertos <comportamientos míticos> perduran aún ante nuestros ojos. No se trata de <supervivencias> de una mentalidad arcaica, sino de que ciertos aspectos y funciones del pensamiento mítico son constitutivas del ser humano.” (Mito y Realidad—p. 189). La segunda reflexión apunta a considerar hasta donde se corresponde esta semejanza entre el sueño y el mito. J. Campbell escribe: “…los mitos no son exactamente comparables a los sueños. Sus figuras se originan en las mismas fuentes –las fuentes inconscientes de la fantasía- y su gramática es la misma, pero no son productos espontáneos del sueño. Al contrario sus patrones están controlados conscientemente. Y su función aceptada es servir como un poderoso lenguaje pictórico para la comunicación de la sabiduría tradicional.”
Entiendo que la distinción que establece, y es razonable, es que el mito a diferencia del sueño es una construcción al servicio de una función social: la transmisión de una sabiduría. Pero hay que agregar que el mito es algo más que “un lenguaje pictórico para la transmisión de la sabiduría tradicional”. Si nos quedamos con esta idea nos quedamos con el aspecto de ficción o fábula y que fueron equivalentes a nuestros actuales libros de texto. Sin embargo hay que agregar y acentuar otro aspecto de los mismos. Aspecto de fundamental importancia para un psicoanalista.
José Echeverría – citado por Ferrater Mora : “El mito ha de expresar en forma sucesiva y anecdótica lo que es supratemporal y permanente, lo que jamás deja de ocurrir y que, como paradigma vale para todos los tiempos…”; “…el mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los <comienzos>…” (M. Eliade).
He aquí una característica relevante del mito que lo aleja radicalmente de la idea de un medio de transmisión para acercarlo al fenómeno onírico. El tiempo del mito es otro tiempo, tiempo <supratemporal y permanente> no sólo se quiere decir que es un tiempo pasado, primordial sino que, por sobre todas las cosas es otro tiempo. El mito debe ser reactualizado a través del ritual. Pero no se trata de una conmemoración, si fuera así nos encontraríamos en el tiempo profano. Se trata de una reactualización o, mejor, de un revivir el tiempo primordial. El mito abre así otra dimensión temporal: tiempo “sagrado”, tiempo “supratemporal”. Veamos que nos dice Mircea Eliade al respecto: “Se podría decir que al <vivir> los mitos se sale del tiempo profano, cronológico, y se desemboca en un tiempo cualitativamente diferente, un tiempo sagrado, a la vez primordial e indefinidamente recuperable.”
No es rememoración es revivir acontecimientos supuestamente ocurridos en ese tiempo mítico en el que habitan esos seres sobrehumanos (dioses, héroes): “Al recitar los mitos se reintegra ese tiempo fabuloso y, por consiguiente se hace uno de alguna manera <contemporáneo> de los acontecimientos evocados, se comparte la presencia de los dioses o de los héroes…”[34]
Estas ideas de un tiempo <recuperable>, nos hace pensar como psicoanalistas en esos deseos profundos y universales de trascender el tiempo humano, completamente irreversible, que nos conduce a la muerte.
También el hacernos <contemporáneos> y el compartir <la presencia de los dioses y los héroes> no deja de evocarnos una fantasía de identificación con aquellos seres sobrenaturales.
En el caso de los <ciclos heroicos> no hay rituales al estilo de los señalados pero el poeta se identifica con el héroe. Ver El poeta y el fantaseo.
Hay autores que separan dos conceptos: el de mito y el de <ciclo heroico>. Pierre Grimal define así a este último: “Un ciclo heroico se compone de una serie de historias cuya única unidad viene dada por la identidad del personaje que es su principal protagonista.” Estos teóricos reservarían el nombre de mito para aquellos que suponen una cosmogonía mientras que los <ciclos heroicos> “no comprometen el orden del universo. A estos últimos me voy a referir en lo que sigue.
Existe un esquema llamativamente semejante en los protagonistas de estos ciclos. En general su nacimiento va precedido de una profecía o sueño profético que determina que el futuro héroe matará o destronará a su padre o representante. En algunos casos se trata del abuelo (Edipo, París, Abraham, Gilgames, Rómulo, Perseo). En otros casos como en el de Sargón se trata de un nacimiento ilegítimo ya que su madre era una vestal. Por todas estas razones, el héroe, resultará abandonado. En muchos casos este abandono será en las aguas: Moisés en una cesta en el río Nilo; Rómulo arrojado al Tíber; Perseo encerrado en una arquilla junto a su madre y arrojado al mar. En otros casos, Gilgames, arrojado al vacío para ocultar su nacimiento y salvado por un águila. Es decir que están condenados a morir si nacen o hay que evitar su nacimiento: Dánae, madre de Perseo encerrada en una torre porque una profecía avisó a su padre que daría a luz un hijo que lo mataría. Auge, madre de Télefo condenada por su padre a ser sacerdotisa de Atenea para defender su virginidad por la misma razón que Dánae.
Otro elemento común, a excepción de Moisés, es que todos ellos son de origen aristocrático. El tercer elemento en común es que se salvan de la muerte. En algunos casos son salvados por animales: París alimentado por una osa; Rómulo por la loba y un pájaro carpintero (ambos símbolos alusivos al dios Marte). En otros son recogidos por una modesta pareja de labradores quienes compadecidos los crían como hijos propios hasta qué, otro elemento común, descubren su origen y cumplen su destino heroico. Una excepción a lo último es el caso de Edipo que es adoptado por otra pareja real. Heracles concebido por Alcmena y de Zeus abandonado por su madre en el campo de Heracles por temor a los celos de Hera.
Resumiendo: profecía que anuncia un mal a su padre o representante si llegan a nacer; intento de matarlos; salvación y retorno a sus orígenes para cumplir grandes tareas.
Todos estos relatos están teñidos de elementos fantásticos como ser la salvación prodigiosa, las profecías, etc.
Estos relatos pueden ser interpretados desde distintos ángulos. En primer lugar evocan la idea de una lucha generacional. La generación anterior amenazada por el nacimiento del héroe. ¿Héroe será aquel que pueda triunfar sobre su padre?
Freud es muy explícito en afirmar que el avance cultural se asienta sobre una lucha generacional y que una de las tareas más difíciles y dolorosas es el desligamiento de los progenitores: “El progreso social se basa esencialmente en tal oposición entre dos generaciones” (Rank, p. 82). ¿Cómo debemos entender esto, como también lo que sigue?: “Héroe fue el que había matado, él solo, al padre…Así como el padre había sido el primer ideal del hijo varón, ahora el poeta creaba el primer ideal del Yo en el héroe que quiso sustituir al padre.”[35]
Sabemos que es necesario que los hijos encuentren en los padres figuras idealizadas con las que identificarse pero sabemos también lo necesario que es que, luego se produzca un fenómeno de desidealización para que los hijos puedan adquirir una identidad diferenciada de los padres. Sabemos también que este proceso necesario puede encontrar fuertes resistencias por parte de los progenitores estableciéndose así una lucha generacional qué, en condiciones favorables debe conducir a la muerte simbólica de los padres. Como Freud hace notar en Interpretación de los sueños esta lucha es más intensa en los casos en que el padre detenta una autoridad mayúscula.
Estamos acostumbrados a considerar la mencionada situación desde otra óptica diferente a la que expongo, desde la situación edípica con los deseos de supresión del padre y usurpación de su lugar cuyo máximo exponente es el drama de Edipo. Todo psicoanalista acepta esta óptica que se confirma en la clínica cotidiana pero no debemos olvidar que el llamado complejo de Edipo se gesta en un ámbito familiar donde no solamente existen los deseos edípicos de los hijos hacia los padres sino que estos se entrecruzan con los deseos y temores de los propios padres. Así cuando leemos la historia de Perseo y su madre Dánae encerrada en una torre por su padre para que no pudiera tener contacto sexual con ningún hombre; o al abuelo de Télefo destinando a su hija Auge al servicio sacerdotal de la diosa Atenea con la misma finalidad, no podemos dejar de preguntarnos si, estos padres no querrían impedir la maduración sexual de sus hijas, su autonomía y separación o, lo que es lo mismo: detener el tiempo generacional.
En estos casos la ley de “vida” parece finalmente imponerse a través de la acción de un dios, Zeus en el caso de Perseo; o de un héroe, Heracles en el de Auge.
Otro aspecto llamativo es que todas estas profecías indican como peligroso para el padre o abuelo el nacimiento de un varón (no hay heroínas)- Aquí podemos hablar de los ciclos heroicos como expresión disfrazada de deseos y temores paternos.
Desde otra óptica no excluyente con la anterior, los podemos leer como la necesidad del héroe de triunfar sobre el padre. Conocido es el trabajo de Otto Rank sobre el mito del nacimiento del héroe en el que intentará comprenderlos tomando como referencia la novela familiar del neurótico. Rank pone de manifiesto una semejanza: en la novela familiar del neurótico el niño rechaza a sus padres verdaderos para erigir en su fantasía, otros, ennoblecidos; el héroe parece la expresión de esta fantasía. Escribe Rank: “El esfuerzo para sustituir al padre real por otro más distinguido, no es sino la expresión de la nostalgia del niño por aquella época feliz desaparecida, en que el padre parecía todavía el más fuerte y más grande de los hombres, y la madre la más buena y hermosa de todas las mujeres” (p. 86)
La comparación entre la novela familiar y el mito del héroe le permite a Rank establecer un paralelismo entre el Yo del niño y el Yo del héroe (este último representa un Yo colectivo) que realiza la fantasía megalómana de desprenderse de los padres reales y desvalorizados para crearse otros, enaltecidos que, a su vez enaltecen al yo propio. “Es perfectamente evidente que las dos parejas paternas del mito corresponden a la pareja real ya la imaginaria de la fantasía novelesca.”(p. 87)
El significado simbólico del abandono en las aguas, que Freud interpreta como símbolo del nacimiento, esta claramente expresado en el mito de Ciro. El rey Astiages soñó que de la falda de su hija salía tanta agua que inundaba toda Asia, sueño que fue interpretado como que el hijo de su hija iba a reemplazarlo en el trono.
El segundo autor contemporáneo de Freud que se ocupó del tema fue Otto Rank con su libro El mito del nacimiento del héroe.[36] Rank basándose en La interpretación de los sueños[37] también piensa que hay una estrecha relación entre sueño y mito que justifica pensar que el mito es un “sueño de los pueblos”. Pero centra su análisis en la problemática edípica y los entiende según el concepto freudiano de la <novela familiar del neurótico>. Es decir que los héroes a los que él se refiere lograrían el triunfo edípico.
Freud había planteado ya estas ideas: “Desde hace tiempo me persigue la idea de que nuestro estudio sobre el contenido de las neurosis podrían tener la vocación de esclarecer el enigma de la formación de mitos, y que el núcleo de la mitología no es otro que lo que nosotros denominamos <complejo nuclear de la neurosis>”[38]
Es decir que los pone, en cuanto al contenido, en estrecha relación con la problemática humana por excelencia: el Complejo de Edipo y de castración.
Estamos en otro nivel de cosas, ya no se trata de ceremonias rituales que son la expresión del mito. Ahora tenemos al poeta que al recrear al héroe imaginario expresa, da forma poética a su deseo de encarnar al Yo Ideal (es así como creo que hay que entender lo del Ideal del Yo).
“El término <mitología> se compone de las palabras griegas mitos (fábula) y logos (tratado)…” (Mitología Universal Ilustrada – J. G. Noguín—Joaquín Gil – Editor – Buenos Aires –
“Se ha convenido en llamar <mito> en sentido estricto, a una narración que se refiere a un orden del mundo anterior al orden actual, y destinado no a explicar una particularidad local y limitada –este es el contenido de la sencilla <leyenda etiológica> -sino a una ley orgánica de la naturaleza de las cosas.” (Diccionario de Mitología – Griega y Romana – Pierre Grimal – Paidos –Buenos Aires – 6º edición-1979).
Esto quiere decir que, para algunos mitólogos, sólo se podría llamar mitos a aquellos donde se plantea el problema del orden total del mundo. Así el de Heracles no sería un mito y en cambio si lo sería el relato del diluvio. Según esto el tema del héroe no sería propiamente un mito sino un <ciclo heroico>. Sin embargo no parece que Mircea Elíade concordara con esta idea dado que usa una definición lo más amplia posible a la que considera la menos mala. Esta postura parece tener que ver con las dificultades existentes a la hora de establecer una definición y una clasificación de aquello que podemos entender por tal. Así, define al mito: “…el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea esta la realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: aísla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución.” (Mito y Realidad – p. 12 – Editorial Labor S. A. – Barcelona 1991).
Más allá de la postura que le hace diferenciar luego entre mito cosmogónico y mito del origen tenemos siempre presente su idea que, el mito, intenta siempre dar cuenta de un origen ya sea del cosmos o de algo surgido luego de la creación.
El problema que estoy planteando me parece de trascendencia porque nos obliga a reflexionar acerca de nuestra postura acerca del tema que estoy tratando. No es lo mismo pensar que son relictos de un pasado inmaduro de la humanidad desterrado después por el pensamiento científico, hecho a un lado por el racionalismo, tal como pasó en la antigua Grecia con la emergencia del pensamiento filosófico. Si adoptamos esta postura los mitos son una pieza de museo, poética claro esta, pero de museo.
Si en lugar de eso adoptamos la postura de la escuela funcional de Antropología, o la posterior visión existencialista, que atribuyen un valor aunque más no sea que alegórico el trabajo se nos complica porque nos lleva a tratar de decidir entre una de dos cosas:
Podemos pensar que, el mito en las sociedades primitivas fue una forma de hacer inteligible a un mundo, el de la naturaleza, que ante la conciencia del humano primitivo aparecía, como lo que es: indomeñable, y de este modo sostener la ilusión de adquirir poder sobre el sobre él a través de la erección de rituales que en el se originan. Esta concepción, al menos para un sicoanalista no puede dejar de evocar a aquella noción freudiana de <hilfloskeit> referida al desamparo del ser humano. Iba yo a decir <al desamparo inaugural> del ser humano. Inaugural en dos aspectos, el filogenético y el ontogenético pero, se me plantea una pregunta ¿es un desamparo original que luego se resuelve o nos acompaña toda la vida?
Pierre Gramal luego de un recorrido en torno a las distintas interpretaciones que se han ido dando a los mitos desde la antigüedad, concluye: “Hoy se admite de buen grado que expresan, ocultándolas con mayor o menor transparencia, realidades de diverso orden, inseparables de las <estructuras> profundas de la sociedad y del espíritu humano.” (p. XXV).
Hay una concordancia con lo expresado por Eliade. “Se llama mito a un relato de algo fabuloso que se suponen acontecido en un pasado remoto y casi siempre impreciso. Los mitos pueden referirse a grandes hechos, heroicos, que con frecuencia son considerados como el fundamento o comienzo de la historia de una comunidad o del género humano en general…”
José Echevarría: “El mito ha de expresar en forma sucesiva y anecdótica lo que es supratemporal y permanente, lo que jamás deja de ocurrir y que, como paradigma vale para todos los tiempos…”
Si reflexionamos acerca de esta definición pasa a un primer plano aquello que apunta a la dimensión temporal (“ … supratemporal y permanente, lo que jamás deja de ocurrir…”. Coincide esto con las afirmaciones de M. Eliade cuando analiza el sentido profundo de los rituales que se desprenden de los mitos. Escribe: “…esto se traduce en un <retorno hacia atrás>, hasta la recuperación del Tiempo primordial, que es lo único capaz de asegurar la renovación total del Cosmos, de la vida y de la sociedad, se obtiene ante todo por la reactualización del <comienzo absoluto>, es decir la creación del mundo” (Mito y realidad – p. 44).
Estas consideraciones que acabo de hacer señalan una <bisagra> desde la sociología del mito hacia la interpretación psicoanalítica. Supone la existencia de un tiempo mítico y un tiempo profano lo que significa que, el mito nos arranca del último y nos introduce en el primero: tiempo mítico, primordial, de los orígenes: fantasía de eternidad, de detención del tiempo, atemporalidad del Icc. Por un lado el mito es un intento de dominio sobre el mundo exterior que nos enfrenta con la impotencia y, por otro se recorta la problemática específicamente humana: la de la finitud de la vida.
Platón consideró al mito como un modo de expresar ciertas verdades que escapan al razonamiento. (Ferrater Mora –p. 2422).
Freud le atribuye al mito una función alegórica e intentara diferenciar lo ficticio de lo real como nos muestra su obra “Moisés y la religión monoteísta”.
Años después Otto Rank escribió su famoso libro El mito del nacimiento del Héroe.Las reflexiones de estos autores apuntan a que mitos, sueños y religión son formaciones sustitutivas construidas a través de un compromiso entre las defensas psíquicas y los deseos inconscientes más profundos que nos habitan y habitaron a la humanidad desde sus orígenes.
Si Freud escribió “el sueño es un fragmento de la vida infantil reprimida”, Abraham lo parafraseo y amplio al anotar “…el mito es un fragmento de la vida psíquica infantil desalojada, de los pueblos. Contiene en forma velada sus deseos infantiles originados en los tiempos prehistóricos. “
Rank, basándose en La Interpretación de los sueños también piensa que existe una intima relación entre sueño y que justifica pensar que, el mito es “un sueño de los pueblos” (Otto Rank – El mito del nacimiento del héroe – p. 15 – Paidos – Studio – Buenos Aires – 1991). Siendo así, los mitos expresan, lo mismo que los sueños, fantasías sexuales infantiles (incestuosas) y las interpretaciones mitológicas de tipo naturalista o astral son defensas y proyección sobre la naturaleza de esos deseos. Basa su análisis haciendo un paralelo entre la novela familiar del neurótico y el héroe del mito, ambos tendrían en común el esfuerzo de liberarse de los padres. El héroe debe ser interpretado como un yo colectivo dotado de todas las excelencias (p. 86). En realidad pienso que tenemos que tener en cuenta algunos aspectos del pensamiento freudiano para ir al fondo de las cosas y despojarnos de conceptos como “infantil”, por ejemplo. Si redujéramos (reducir es sólo eso: reducir; lo reducido puede ser insuficiente pero no falso) su pensamiento encontraríamos que toda su visión de la vida psíquica se encuentra encerrada dentro de una dinámica limitada por dos fuerzas: una, progresiva y, otra regresiva. La expresión de lo que digo se encuentra en “Introducción del narcisismo” y en su segunda teoría de las pulsiones. Se trata de una problemática humana, no infantil. Reducirlo a lo infantil nos llevaría a creer que, la indefensión es un problema de la infancia que loa <madurez> resolverá. En este aspecto debemos corregir a Rank diciendo que cuando habla de <lo infantil> debemos entender <lo regresivo> que existe en las profundidades mentales de todo ser humano y que representa una parte al menos de lo específicamente humano vinculado, probablemente, con la neotenia y con la problemática que supone la conciencia de finitud característica de nuestra especie.
Resumiendo: me parece que en estas formulaciones que refieren lo <mítico> a lo infantil hay un pensamiento del que debemos despojarnos. Aquello que, tanto Rank como Abraham, llaman <lo infantil> es parte constitutiva del sustrato más profundo de la mente humana. Pienso que llamarlo de este modo es sostener la ilusión, omnipotente de que, la madurez psíquica nos pondría a cubierto de enfrentarnos con esta problemática. Este problema a mi juicio es de mucha trascendencia. Aquí se debate el problema de decidir si, la actividad mitopiética pertenece a un pasado remoto de la humanidad o bien, si dicha actividad es un relicto profundo que queda por detrás en la vida mental de los neuróticos, o bien considerarla como un trasfondo de la vida mental humana que impone permanentemente un trabajo psíquico. Personalmente me inclino por la segunda hipótesis y llamo en mi auxilio a dos pensadores importantes que han aportado mucho a este tema.
“Ciertos <comportamientos míticos> perduran aun ante nuestros ojos. No se trata de <supervivencias> de una mentalidad arcaica, sino de que ciertos aspectos y funciones del pensamiento mítico son constitutivas del ser humano”. (Mito y realidad, Editorial labor – Barcelona 1991- p. 189).
Dentro del amplio conjunto de mitos figuran aquellos cuya unidad está dada por la identidad del personaje que es su principal protagonista. Han sido llamados mitos del héroe o ciclos heroicos[39]. Dichos relatos dotan a sus protagonistas de rasgos particulares que, a un psicoanalista, no pueden dejar de evocarle los conflictos más dramáticos con los que la clínica nos enfrenta. Entre ellos encontramos que, con frecuencia el héroe es alguien que ha sido abandonado luego de su nacimiento porque un oráculo o un sueño profético anunciaba que el hijo supondría una desgracia para el padre o sustituto. Desgracia que se cumpliría en forma de parricidio, destronamiento, etcétera (Edipo, Sargón, Karna, Perseo). O bien el héroe debe castrar a su padre (Urano, Cronos, Zeus).
El mito del héroe parece condensar todas las problemáticas aludidas al encontrarnos con elementos subyacentes como la renegación de la escena primaria, la supresión de los rivales[40], el narcisismo y el autoerotismo.[41]
De acuerdo a lo anterior cómo no pensar que este mito es la huella poética del más humano y universal de los dramas: el del enfrentamiento con la castración resuelto a través de la renegación.
Freud escribe en el apéndice de Psicología de las masas y análisis del Yo (1921): “Héroe fue el que había matado, el sólo, al padre…Así como el padre había sido el primer ideal del hijo varón, ahora el poeta creaba el primer ideal del yo en el héroe que quiso sustituir al padre.” (p. 128)
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* Sobre el Autor: Agustín Genovés: médico, psicoanalista, miembro asociado de la Asociación Psicoanalítica de Madrid (APM), profesor invitado del Master de Psicoterapia Psicoanalítica de la Universidad Complutense de Madrid, miembro fundador de la Sociedad Forum de Psicoterapia Psicoanalítica, miembro de la Comisión Directiva y docente de la Asociación Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Madrid. Psicoterapeuta reconocido por la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas).
[1] Mito y Realidad – Mircea Eliade – p.12- Editorial Labor S.A. Barcelona 1991
[2] Pierre Grimal –Diccionario de Mitología Griega y Romana— p.XV–Paidos—Buenos Aires 1979
[3] Mito y Realidad—p. 12
[4] Ferrater Mora-Historia de la filosofía –Allí leemos que Levy-Strauss piensa que: “En último término las estructuras míticas son estructuras <innatas> de la mente, es decir, conjunto de disposiciones con reglas propias.”
[5] El texto infinito. Ensayos sobre el cuento popular – Antonio Rodríguez Almodóvar -p. 15—Fundación Germán Sánchez Ruipérez—Madrid, 2.004
[6] Mito y Realidad –Mircea Eliade—p. 192
[7] Diccionario—p. 24.
[8] Arquetipo: es un texto representativo de muchos textos. Rodríguez Almodóvar
[9] Abraham, según un relato consignado por Rank, era hijo de Térah –capitán de Nimrod- y Amtelai. Antes de nacer las estrellas revelaron al rey Nimrod que el niño por nacer arrojaría del trono a principes poderosos, decidió matar al niño pero fue engañado por el padre ocultando a su hijo en una cueva bajo tierra donde Dios le otorgó la gracia de mamar de un dedo de su mano derecha; allí permaneció hasta su 3º año.
[10] “Las nuevas fronteras de psicoanálisis” – Blanca Montevechio – p.35 – Ed. Lume- Tercer milenio
[11] Joseph Campbell –“El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito” – Fondo de Cultura Económica – México – 1997.
[12] Karl Abraham – Psiquiatría – Lumen-Horme- 2º edición 1993 – Buenos Aires.
[13] Otto Rank – El mito del nacimiento del héroe –Paidos Studio – Barcelona 1991
[14] J. Campbell: “…los mitos no son exactamente comparables a los sueños. Sus figuras se originan en las mismas fuentes – las fuentes de la fantasía- y su gramática es la misma, pero no son productos espontáneos del sueño. Al contrario sus patrones están controlados conscientemente. Y su función aceptada es servir como un poderoso lenguaje pictórico para la comunicación de la sabiduría tradicional.” – p. 234 –
Por un lado me parece importante la diferencia a la que apunta este párrafo desde la evidencia de que, el sueño es un fenómeno que se juega por entero en un espacio que no es el de la vigilia; un espacio que no es el de las representaciones-palabra mientras que el mito sí se vincula a la conciencia vigil y al lenguaje. Ello implica que tiene una función social que no tiene el sueño. Pero eso de la “comunicación de la sabiduría tradicional” parece asemejarlo a un libro de texto, cosa que entra en contradicción con las características del mito relativas a la temporalidad. Ver citas:
José Echeverría –citado por Ferrater Mora: “…el mito ha de expresar en forma sucesiva y anecdótica lo que es supratemporal y permanente, lo que jamás deja de ocurrir y que, como paradigma vale para todos los tiempos…”
Mircea Eliade – Mito y Realidad:
“…El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los <comienzos>…”
Pero no es un simple relato si consideramos que:
“Se podría decir que al <vivir> los mitos se sale del tiempo profano, cronológico, y se desemboca en un tiempo diferente, un tiempo sagrado, a la vez primordial e indefinidamente recuperable.”
No es una rememoración:
“Al recitar los mitos se reintegra ese tiempo fabuloso y, por consiguiente se hace uno de alguna manera <contemporáneo> de los acontecimientos evocados, se comparte la presencia de los dioses o de los héroes.” –p.24
Estas referencias más bien lo que plantean es otra similitud más con el sueño: no se trata de algo que se inscribe en un tiempo pasado, no se trata de una rememoración, no se trata de algo inscripto en una historia que se relata. Se trata de un tiempo distinto “supratemporal y permanente”; tiempo” profano e indefinidamente recuperable” Evidentemente se trata del tiempo del Inconsciente o, mejor dicho, de la <atemporalidad> del Inc.
[15] Carta de Freud a Oppenheimer – 28 de octubre de 1909.
[16] S. Freud –La novela familiar de los neuróticos – p. 217, A.E. – Buenos Aires 1979
[17] Ibiden p. 219
[18] ¿Será obra del azar que tres obras maestras de la literatura universal traten el mismo tema: el del parricidio: Edipo de Sófocles; Hamlet de Shakespeare y Los Hermanos Karamazof, Dostoiesky?
[19] En la obra de un hombre genial –Nitszche- nos encontramos con lo siguiente: en el “Ocaso de los Idolos” critica a la teoría del medio ambiente a la que llama <teoría neurótica>. Es decir aquella teoría que explica al ser humano apelando a factores ambientales en los que se desarrolló y surgió. En “Ecce Homo” escribe ”con quien menos emparentados se está es con los propios padres; estar emparentados con ellos sería el signo más claro de vulgaridad. Los seres superiores proceden de algo infinitamente anterior, y para lograr crear unos seres así ha habido que estar durante muchísimo tiempo reuniendo, ahorrando y acumulando, Las grandes individualidades son las más ancestrales.” ¿No resuena aquí con mucho ruido la novela familiar del neurótico?
[20] Recordar la historia de Urano, Cronos y Zeus
[21] Ibidem p. 220
[22] “El hecho de que esa rebelión infantil contra el padre sea aparentemente provocada, en los mitos del nacimiento, por la conducta hostil del padre, se debe a una inversión de la relación que conocemos en psicología con el nombre de proyección…”
“El motor propulsor de esa proyección de la actitud hostil del héroe hacia su padre, no es otro que el deseo de justificarse…” Otto Rank .- p. 94 – 95
[23] Mito y Realidad – Mircea Eliade
[24] Ibidem – p. 12
[25] Pierre Grimal—Diccionario de mitología Griega y Romana –Paidos—Buenos Aires – 1979
[26] Otto Rank – El mito del nacimiento del héroe – p. 9
[27] Antonio Rodríguez Almodóvar – El texto infinito. Ensayos sobre el cuento popular – p. 15
[28] “Se podría decir que al <vivir> los mitos se sale del tiempo profano, cronológico y se desemboca en un tiempo cualitativamente, un tiempo sagrado, a la vez primordial e indefinidamente recuperable.” “Al recitar los mitos se reintegra ese tiempo fabuloso y, por consiguiente se hace uno de alguna manera <contemporáneo> de los acontecimientos evocados, se comparte la presencia de los dioses o de los héroes.” – M. Eliade – Mito y Realidad – p. 24
[29] Arquetipo: es un texto representativo de muchos textos. Ibidem
[30] “Un ciclo heroico se compone de una serie de historias cuya única unidad viene dada por la identidad del personaje que es su Principal protagonista” – Pierre Grimal – p.24
[31] “(Freud) Con su descubrimiento de que los patrones y la lógica del cuento de hadas y del mito corresponden a los del sueño, las hace mucho desacreditadas quimeras del hombre arcaico han regresado dramáticamente al campo de la consciencia moderna” Joseph Campbell – “El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito –Fondo de Cultura Económica – México- 1997
[32] Karl Abraham—Psiquiatría—Lumen-Horme -2º edición-1993 Buenos Aires
[33] Pierre Grimal- Diccionario de Mitología Griega y Romana – Paidos, Buenos Aires 1979: “Se ha convenido en llamar mito, en sentido estricto, a una narración que se refiere a un orden del mundo anterior al mundo actual…”
[34] Mircea Eliade—Mito y realidad—p.24—Editorial Labor S.A.–1994
[35] S. Freud—Psicología de las masas y análisis del Yo—1921—p. 128
[36] Otto Rank—El mito del nacimiento del héroe—Paidos, Studio-Buenos Aires, 1991.
[37] Freíd, S La interpretación de los sueños— T. IV y V -A.E. Buenos Aires.
[38] Carta de Freud a Oppenheimer del 28 de octubre de 1909.
[39] Hay autores que reservan el nombre de mito a aquellos que constituyen una teogonía.
[40] Este último rasgo le hace afirmar a Rank “El héroe no quiere tener familia”.
[41] Abraham abandonado de bebé en una cueva recibe la gracia de mamar de un dedo de su mano derecha.
Revista nº1
Artículo 5
Fecha de publicación: ENERO 2009