Nuestro nombre, parte del deseo de quien lo otorga (generalmente los padres) y se relaciona con aquello que se imaginan de nosotros, esperan, sueñan e interpretan de nuestra individualidad. Los nombres propios son un aspecto de nuestra identidad construida en un contexto interpersonal que nos coloca en una trama social y nos distingue (J. E. Tesone).
Las palabras y la entonación que acompaña al llamado ponen de manifiesto el trato y los sentimientos que se tiene hacia el otro.
Cuando los niños se enfrentan al maltrato emocional su subjetividad se ve afectada, la identidad se desestabiliza y sufren un trauma psicológico donde se quiebra el sentimiento de seguridad, se sienten impotentes, apáticos y desconectados del medio.
Es frecuente escuchar por parte de los maltratadores “Pedro venís, o sos estúpido” “Juana mírate sos un asco un asco”. A veces tampoco se los llama por su nombre propio. “Veni para acá pedazo de idiota” “Te odio negra, fea, error”. Sus nombres de pila se asocian a lo que se dice de ellos. a su identidad, se espejan en esas palabras, se identifican. “Yo soy un idiota”, “Yo soy un error”. También pueden ser incorporados como un modo natural de interacción social.
Cuando los niños reconocen la violencia verbal que impregna sus nombres se ven a sí mismos sin valor o no dignos de ser queridos y más que apropiarse de sus nombres desean renunciar a ellos, deshacer sus lazos, su identidad, sentirse diferentes, ser otros…
Los espacios cibernéticos brindan la posibilidad a estos niños y adolescentes de construir sus identidades de manera diferente a aquellas fuera de las redes, salir de la soledad sentirse protegidos y tener una pertenencia social donde ser reconocidos y comprendidos. Sus nombres digitales Nicknames y los avatars (imágenes) los encarnan. Estos gráficos y seudónimos simbolizan la identidad autoconstruida de manera consciente o inconsciente y representan un estado emocional, como la persona se ve, como quiere ser vista o como le gustaría ser.
La encuesta realizada por la plataforma de ayuda a niños maltratados Abuseline. S.O.S. estoy en peligro así lo demuestra: Porque usan nicknames por las redes? @Todos los usan” @“Es más seguro” @“Para que no sepan quién soy” @“Quiero ser otro” @“Para sentirme distinto”.
La elección de otro nombre, otra imagen, otra pertenencia social podría ser una tentadora ilusión en la que se alojaría un pensamiento mágico. Pero son las asociaciones simbólicas, que con ayuda de los profesionales que trabajan brindando contención por las redes sociales, las que deberán adquirir significado en el mundo interno con miras a un futuro diferente.
Tampoco debemos asumir que las “nuevas identidades” significan un cambio en las relaciones cotidianas pero ellas denotan autonomía y libertad en las fantasías o emociones que les son prohibidas o anuladas. Identidades que deben ser entendidas e interpretadas con los propios niños Como las caras de enojo, susto o aquellas que usan máscaras como signo de ocultamiento.
Es nuestro trabajo como psicoanalistas continuar investigando las identidades online para que la intención que tienen los niños de recrearse tenga efectos de una subjetividad novedosa.
Mirta Itlman
Psicoanalista especialista en niños y adolescentes. Miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA) y del Grupo de Estudios de Psicoanalistas en la Comunidad (FEPAL)
Autora del Programa Multicanal de ayuda y concientización a niños y jóvenes maltratados “AbuselineS.O.S”