Ante el panorama incierto que vivimos estos días surgen muchos interrogantes en relación a la vivencia que tienen los niños de la pandemia y del confinamiento. ¿Cómo viven esta situación? Los adultos estamos preocupados y asustados por una situación inédita y mundial que genera angustia e incertidumbre y los niños reaccionan, también ellos, de distintas maneras: pueden estar demandantes, llorosos, inquietos, irritables, desafiantes… Son distintas maneras de decirnos que también ellos están golpeados por esta realidad.
Son muchos los expertos que hablan de las posibles consecuencias negativas que puede tener este momento en el desarrollo psicológico de los más pequeños. Es cierto que existen estudios de situaciones similares y bases teóricas que nos pueden ayudar a prever las posibles consecuencias de la situación en la que vivimos, pero las personas, y menos los niños, no siempre son reflejo de los estudios y las teorías, menos ante una situación tan inédita como la actual. Afortunadamente nuestra disciplina no es exacta y no podemos predecir con exactitud los efectos en un niño sin conocerle, sin conocer su contexto familiar y su historia vital. En cualquier caso, habrá que ver qué supone para él o ella el confinamiento y la pandemia. ¿Se ha adaptado bien por poder estar con su familia?, ¿está mal en casa por el confinamiento o por los problemas entre los padres o hermanos?, ¿lleva mal no ir a la escuela o es un alivio?, ¿echa de menos a los amigos?, ¿llevará peor la vuelta? Las respuestas dependerán de cada niño y de sus figuras de referencia. Como adultos debemos cuidarnos de no marcar como traumática esta situación. Debemos respetar su libertad de expresar sus sentimientos ante lo que acontece y acompañarlos en este proceso.
Como adultos debemos tener presente que existe en ellos un impulso vital que los empuja en un intento de superación de las adversidades y – como es de esperar – harán uso del juego y de todas sus modalidades para intentar comprender y elaborar lo que están viviendo, por eso es tan importante que, además de las tareas escolares, puedan jugar.
Los niños, a través del escenario lúdico – jugando, dibujando, pintando, creando…- logran, muchas veces, expresar y plasmar sus vivencias con el fin de poder poner imágenes a sus temores, miedos, ansiedades e incertidumbres. El juego es la mejor manera de elaborar esta situación tan desconcertante, tan inquietante donde se entrelaza el trauma, la indefensión y la vulnerabilidad tanto en adultos como en niños.
Queríamos, en esta entrada de nuestro blog rendir tributo a la capacidad creativa y elaborativa que el juego – en este caso la ilustración de un cómic – nos ofrece.
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Respetemos, propiciemos e invitemos por tanto a nuestros niños y niñas a mantener espacios de juego, siempre, y sobre todo en estos tiempos difíciles.
Terminamos esta entrada agradeciendo a Alicia, la autora del cómic, su colaboración con el blog.
Gabriel Ianni
Psicoanalista
Presidente y Docente de AECPNA
Nuria Sánchez-Grande
Psicóloga psicoterapeuta
Miembro de la comisión directiva de AECPNA
