Los padres de Martín consultan porque su hijo de 6 años “tiene un TDHA” y quieren estar seguros del diagnóstico antes de que el neurólogo lo medique.
“En clase está a su aire, y en casa igual. Lo que le gusta, fenomenal, pero de lo que no, pasa….lo que no le gusta, ya puedes decir misa que ni te oye, le entra por un oído y le sale por el otro; es imposible llevarle la contraria en nada. … al hablar de la imposibilidad de establecer rutinas en casa – tener hora para ir a comer, para bañarse, para levantarse, para ir a dormir- , dicen del pequeño, Lucas, de 3 años, que “la profesora les hizo notar que se duerme toda la mañana en clase. “Otro! Tiene un genio! Es como mi padre”, comenta ella, “con una personalidad que impone.”
“Por la noche es imposible mandarlo a dormir, a él le encanta jugar con sus muñecos, armar puzzles… es verdad que estando todo el día en el cole casi ni tienen tiempo para jugar. Con él ya tiramos la toalla, porque monta una! Es imposible contrariarle. En eso los dos son iguales, son niños de lo más tranquilos mientras puedan hacer lo que les gusta. Pero basta con que les lleves la contraria que montan una que no hay quien lo aguante. Por la noche yo le escucho que está en su habitación, y de lo más tranquilo jugando y son las 12, la 1…y nos dijimos (buscando la complicidad con el marido) “Ya se dará cuenta de que si quiere estar despierto por la mañana y jugar en el cole con sus amiguitos, tiene que dormirse temprano, ya se dará cuenta…Porque mandarlo a la cama, imposible, tiene un genio!!!.”
Con el transcurrir de las entrevistas pudimos entender cómo las primeras manifestaciones de enfado de sus hijos, las primeras “rabietas” la habían asustado. La hicieron sentir como de pequeña ante los enfados de un padre colérico que no toleraba ser contrariado. En lugar de ser la madre para sus hijos, ellos eran la reedición de ese papá que tanto la había atemorizado de pequeña.
A su vez el padre, sentía un profundo rencor por un padre autoritario que le había impedido dedicarse a lo que deseaba y tuvo que resignarse a seguir la carrera que tanto su padre como su abuelo profesaban. A ambos les horrorizaba la idea de ser padres autoritarios y de algún modo insuflaban a sus hijos el mensaje: “No seas un niño sumiso y sometido como yo lo he sido. Lucha por mí, reivindícame, libra la batalla que yo no pude librar”.
Al trabajar con los padres sus propias historias pudimos comprender qué es lo que los ha llevado a ellos a ubicarse como pares de sus hijos y a temerles.
Vimos cómo entablaban con sus hijos una relación especular en las que todos quedan encerrados en una confrontación narcisista en la que todos quedaban ubicados en un mismo plano de igualdad.
Al ubicar a los niños en el lugar del que manda, del que decide, del que impone las reglas del juego de la convivencia, los niños adquieren un enorme poder, se vuelven tiranos.
Y al otorgarles un enorme poder a sus hijos, los niños quedan en … que decimos aqui? Los hijos quedan ubicados en el lugar del adulto?
Decir que los niños quedan ubicados en el lugar del adulto sería equivalente a la expresión popular: A Rey muerto, Rey puesto. Un Rey abdica o muere y otro le sucede en el trono. Y creo que lo que estamos considerando aquí, es que no hay Reyes, que no hay padres.
Por eso creo que sería más correcto decir que quedan en un no-lugar y que ese no lugar es rellenado por el desafío, la rabia y el oposicionismo. Lo que está claro, creo yo, es que ese lugar termina dejando a un niño sin sostén.
Actualmente, los padres tienden a fraternizar los vínculos familiares en detrimento del sostén de la autoridad parental, tan necesaria para no dejar a la deriva a sus hijos. No hay una cabal comprensión, desde el mundo adulto, que cuando los padres se hacen “amigos” de sus hijos los dejan huérfanos de referentes.
Hace pocos días leí una frase inquietante: “Al desfallecimiento de las funciones parentales, las llamamos TDHA o TOD”
Sin duda, una expresión sintomática de una época, que invita a psicólogos, pedagogos y juristas a un profundo debate.
Psicoanalista
Miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional
Presidente electo y profesor de AECPNA